Por Silvio C. (opiniones y recopilación de noticias).
Esto sucederá mañana: EL ASCENSO DEL ANTICRISTO KAROL WOJTYLA, un ANTIPAPA JUDÍO que se hacía llamar Juan Pablo II. Mañana será "canonizado" por la falsa Iglesia Pseudo-católica, o sea, la Neo-Iglesia del Vaticano II, la Sinagoga de Satanás. Desde 1958 Roma se ha convertido en la Sede de la Apostasía...También canonizarán al fundador de la Secta del Vaticano II, el masón Antipapa Juan XXIII.
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El Anticristo Antipapa Juan Pablo II y el Antipapa Juan XXIII fundador de la Secta del Vaticano II, serán canonizados el 27 de abril, por la Iglesia Pseudo-Católica del Vaticano II. |
El Nuevo Orden Mundial no es algo que va a empezar como creen muchos desinformadores por ahí; no tiene algo que ver ni con supuestos "extraterrestres" ni con "reptilianos", y tampoco sirven las medias verdades como Iluminati, CÍA, neoliberalismo, esto y lo otro...La realidad, la verdad, la dijeron los verdaderos opositores del Sistema, los FASCISTAS, los monárquicos, los conservadores, los de antes...gente como los Reyes, los Papas verdaderos, y por supuesto Mussolini, Hitler, Franco, José Antonio Primo de Rivera, Antonio de Olivéira Salazar, Pavelic, Degrelle, Tiso, Metaxas, Pinochet, Videla, Bordaberry....en fin, los ODIADOS HOY por el mundo, incluso por muchos supuestos "anti-sistemas" y "anti-NOM", que no pasan de desinformadores, esos desinformadores como Alex Jones (entre muchos otros, PROTESTONTOS, y HUEVANGÉLICOS por lo general), que andan diciendo tonterías sobre que el Nuevo Orden Mundial será algo "nazi" (y por eso se inventan toda esa FALACIA del presunto "ocultismo nazi", como si los nacionalsocialistas hubieran sido "paganos", cuando la verdad que la mayoría fueron cristianos CATÓLICOS ROMANOS); o esos otros desinformadores al estilo "contra-periodismo matrix" (película de índola pro-judaica, como todo lo de Hollywood, por cierto), que andan con GILIPOLLECES, HUEVADAS Y PELOTUDECES INTEGRALES acerca de "aliens", "extraterrestres", "reptilianos"....en fin, todo esos son partes del SHOW para entretener borregos.
La realidad del Nuevo Orden Mundial es muy clara y tangible, ¡Mussolini, Franco y Hitler tenían razón! Ellos nos lo advirtieron, el Nuevo Orden Mundial es JUDEO-MASÓN-COMUNISTA INTERNACIONAL, y principalmente JUDÍO, porque los masones, los comunistas y los liberales súper-capitalistas son sólo sus servidores. El enemigo de la humanidad es el JUDÍO, el que quiere DESTRUIR la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana de Cristo y a la Civilización Occidental Cristiana y Aria. La guerra espiritual (y también física) a lo largo de la historia de la humanidad siempre ha sido entre estas dos potencias: la Iglesia de Cristo y la Raza Aria por un lado, contra la Sinagoga de Satanás y la Anti-Raza Judía por otro lado. Es la lucha de la DERECHA (RIGHT=BIEN) contra la IZQUIERDA (SINISTER=MAL), la lucha del BIEN contra el MAL, el Israel Ario y Bíblico contra la Judea Satánica, la LUZ contra la OSCURIDAD...O como diría Tolkien, la lucha de los pueblos libres de Gondor, Rohan, etcétera, contra Mordor, Isengard y demás...Esto es el APOCALIPSIS, ¡y ya ha comenzado! ¡La GUERRA DE ARMAGEDÓN!, el RAGNAROK, el DAGOR DAGORATH...¡La lucha definitiva del bien contra el mal se acerca!...
El Nuevo Orden Mundial pues, no es algo "abstracto" que "vaaaaaaaaaaya a venir" en un futuro lejano, allá quién sabe cuando, NO señores, ESTÁ AQUÍ, COMENZÓ DESDE 1945, CUANDO EL SANTO EJE DEL BIEN aparentemente "perdió" la Segunda Guerra Mundial, pero aún hay esperanzas, porque esta guerra NO ha terminado; la Tercera Guerra Mundial es sólo la continuación de la Segunda...y la Primera....y de las Cruzadas...Debemos entender, que es SIEMPRE LA MISMA GUERRA, pero pronto llegará la batalla definitiva...Desde que se estableció la ONU y luego el Conciliábulo Vaticano II en la década de 1960, posterior al fallecimiento del ÚLTIMO PAPA Pío XII en 1958, ya desde ahí comenzó el Nuevo Orden Mundial...Mañana, el Anticristo se va a presentar ante el mundo entero, será "canonizado"; con el Antipapa Francisco la Neo-Iglesia ya no está aparentando tanto ser "católica", ahora es mundialista de forma evidente, es multicultural, anti-conservadora, progresista, que acepta que "comulguen" los divorciados, pactan con los comunistas o el "Papa" no es "quién para juzgar a los putos"...Esta Iglesia nueva del Vaticano II, NO es la católica, NO es la Iglesia de los Reyes de la Edad Media (aquellos grandes como Carlomagno, Federico Barbarroja, Carlos Martel, San Luis IX, Constantino, Alfonso X el Sabio, los Reyes Católicos, Carlos el Emperador, Felipe el Prudente, Luis XIV, Luis XVI, y tantos otros grandes reyes y emperadores de Europa), NO es la Iglesia de los Cruzados, NO es la Iglesia de los Santos, Padres, Doctores, Filósofos, Héroes, Científicos (los de verdad, los alquimistas medievales, los creacionistas, no estos imbéciles cientificistas, positivistas y evolucionistas modernos...), NO es la Iglesia de los mártires, los predicadores, los monjes, las monjas, los sacerdotes, las órdenes monásticas y de caballería, NO es la Iglesia de los templarios, ni de los teutones, ni de los hospitalarios, NO es la Iglesia de la Santa Inquisición, ni de la exploración de continentes y nuevos mundos, NO es la Iglesia de Europa, de los conquistadores, de la raza aria, NO es la Iglesia de la verdadera misericordia, ni de la verdadera caridad, ni de ayudar a los pobres (por más que el Antipapa Francisco se llene la boca con todo eso de "ayudar a los pobres" y de la "misericordia" y de su supuesta "humildad"; eso todo es falso, es puro MARKETING...la "humildad" de Bergoglio sólo aparece frente a las cámaras de los medios de comunicación, mientras que la verdadera humildad, la de la verdadera Iglesia, consiste en hacer el bien, de forma anónima, callado la boca y sin alardear como hacen estos FARISEOS de la Neo-Iglesia Vaticana), NO es la Iglesia de nosotros los fascistas...Si me preguntan si yo pertenezco a esta nueva Iglesia del Vaticano II, mi respuesta es NO, yo no estoy en comunión con ellos; no puedo estar en comunión con gentuza que apoya el aborto, el homosexualismo, o el comunismo, así como el internacionalismo y su asqueroso multiculturalismo; mi Iglesia, apoya a la Monarquía y al Fascismo, mientras que la Iglesia Vaticana II, apoya a la Democracia y al Internacionalismo, o sea, al gobierno del demonio, y a destruir todas las nacionalidades, buscando "reconstruir la torre de Babel"...Porque recordemos que la Santa Biblia enseña que Dios destruyó la torre de Babel, que era un proyecto mundialista, internacionalista, y entonces separó las lenguas y separó las razas, porque Dios no quiere que las razas se mezclen, porque Dios quiere que las naciones se encuentren SEPARADAS. ¡El Nacionalismo es SAGRADO! Es el Orden Natural de las cosas, establecido por Dios, y ser internacionalista (tanto marxista como liberal, o su conjunción, el progresismo) es ir contra la voluntad de Dios, o sea, estar a favor del diablo.
Por eso mismo, es que estos judíos hijos de puta, del Vaticano II van a "canonizar" a JUDÍOS (se "canonizan" entre ellos) como nadie más ni nadie menos, que Karol Wojtyla (perseguido por los nacionalsocialistas alemanes....¿por qué sería...?, ¡porque era un judío!), un judío, cabalista, y cripto-comunista, quien hizo maldades tan grandes como los aquelarres de Asís (reuniones interreligiosas blasfemas ante nuestra Santa Religión), besó el corán, en fin...todas esas maldades que los lectores asiduos de este blog, sabemos muy bien. Y, ¿qué decir de Juan XXIII?, esa rata judía de Angelo Roncalli, quien fundó la Secta del Vaticano II, una secta cismática y herética, a través del Conciliábulo (o FALSO Concilio) Vaticano II (sólo hubo un único Concilio Vaticano, a fines del siglo XIX, que fue el último Concilio Ecuménico de la Iglesia Católica Romana).
Por ejemplo, veamos lo qué dijo Fidel Castro, acerca de Wojtyla:
Fidel Castro, presidente de Cuba
- "Descansa en paz, infatigable batallador por la amistad entre los pueblos, enemigo de la guerra y amigo de los pobres. Fueron vanos los esfuerzos de quienes quisieron usar tu prestigio y tu enorme autoridad espiritual contra la causa justa de nuestro pueblo en su lucha frente al gigantesco imperio. Nos visitaste en tiempos difíciles y pudiste percibir la nobleza, el espíritu solidario y el valor moral del pueblo, que te recibió con especial respeto y afecto porque supo apreciar la bondad y el amor por los seres humanos que impulsaron tu largo peregrinar sobre la Tierra. Dijiste antes de regresar a Roma que las medidas económicas restrictivas impuestas desde fuera del país eran injustas y éticamente inaceptables. Eso te ganó para siempre la gratitud y el cariño de todos los cubanos, que hoy te rendimos merecido tributo. Nos duele tu partida, inolvidable amigo, y deseamos con fervor que tu ejemplo perdure."
Fuente: Metapedia. SI UN COMUNISTA LO ALABA....¡QUEDA CLARO!, ¿verdad? No precisa que agregue más nada....
JUAN PABLO II y JUAN XXIII
La semana de la canonización comienza
oficialmente hoy con un encuentro en el Vaticano con los jóvenes
católicos de todo el mundo en la basílica de San Juan de Letrán.

Vaticano. Fuente: EL PAÍS.
Vaticano
Correción: DOS ANTIPAPAS JUDÍOS, PARA "CANONIZAR" A OTROS DOS ANTIPAPAS JUDÍOS...¡Y CLARO, QUÉ VIVOS, SE "CANONIZAN" ENTRE ELLOS!
Ahora déjenme adivinar los próximos "santos" del Vaticano II:
- San Mandela.
- San Marthin Luther King.
- San Lutero.
- San Enrique VIII.
- San Malcom X.
- San Lenin.
- San Marx.
- San Stalin.
- San Mao Tse Tung.
- San Che.
Vea la fotogalería
Ahora bien, ESTO TODO YA FUE PREDICHO POR LA SANTA BIBLIA...
Veamos, este artículo que viene del blog "La Denuncia Profética":
Sábado, 26 de abril de 2014
La Gran Apostasía y una falsa Iglesia predichas en el Nuevo Testamento y en la profecía católica
Lucas 18, 8: “Pero
cuando viniere el Hijo del hombre, ¿os parece que hallará fe sobre la tierra?”
En el Evangelio,
nuestro Señor Jesucristo nos profetizó que en los últimos días la verdadera fe
se habrá casi extinguido en el mundo. Él nos dice que en el mismo “lugar
santo”, justamente ahí, se instalará la “abominación de las desolación” (Mt.
24, 15), y habrá un engaño tan encubierto, que si fuera posible, hasta los
escogidos serían engañados (Mt. 24, 24).
Mateo 24, 15: “Cuando viereis,
pues, la abominación de la desolación, predicha por el profeta Daniel, en el
lugar santo, el que leyere entienda”.
Mateo 24, 24-25: “Porque se levantarán falsos mesías y
falsos profetas, y obrarán grandes señales y prodigios para inducir a error, si fuera posible, aun a los mismos elegidos.
Mirad que os lo digo de antemano”.
2 Tes. 2, 3-5: “Que nadie en modo alguno os engañe, porque antes ha de
venir la apostasía y ha de
manifestarse el hombre del pecado, el hijo de la perdición, que se opone y se
alza contra todo lo que se dice Dios o es adorado, hasta sentarse en el templo de Dios y proclamarse Dios a sí
mismo. ¿No recordáis que estando entre vosotros ya os decía esto?”.
En
1903, el Papa San Pío X pensó que tal vez él ya estaba presenciando los
principios del mal que habrá de ocurrir en los últimos días.
Papa San Pío X, E Supremi, #5, 4 de octubre 1903: “Hay buenas
razones para temer que esta gran perversidad puede ser como si fuera un
anticipo, y tal vez el comienzo de los males que están reservados para los
últimos días; y que ya habita en este mundo el ‘hijo de perdición’ (2 Tes. 2,
3) de quien habla el Apóstol[1].
El
Nuevo Testamento nos dice que este engaño ocurrirá en el corazón de las
estructuras físicas de la Iglesia, en “el templo de Dios” (2 Tes. 2, 4) y
“en el lugar santo” (Mt. 24, 15).
Así será porque las personas no recibirán el amor a la verdad que los salvaría
(2 Tesalonicenses 2, 10)
En 2 Tesalonicenses 2,
San Pablo nos dice que los últimos días se caracterizarán por una gran
apostasía, que será la peor de la historia; peor incluso que la ocurrida
durante la crisis arriana del siglo IV, en la que apenas se podía encontrar un
sacerdote auténticamente católico.
P. William Jurgens:
“En un momento
de la historia de la Iglesia, sólo unos años antes de la predicación de San
Gregorio [Nacianceno] (380 d.C.), quizás
el número de obispos católicos en posesión de sus sedes, a diferencia de los
obispos arrianos, no era mayor entre el 1% y el 3% del total. Si la
doctrina hubiera sido determinada por la mayoría, hoy todos seríamos negadores
de Cristo y contrarios al Espíritu”[2].
P. William Jurgens:
“En tiempos del
emperador Valente (siglo IV), San Basilio fue prácticamente el único obispo
ortodoxo en todo Oriente que tuvo éxito en conservar el cargo de su diócesis. … Si ello no tuviere otra importancia para el hombre moderno, un
conocimiento de la historia del arrianismo debería mostrarle, por lo menos, que
la Iglesia católica no toma en cuenta la popularidad y el número para
determinar y conservar la doctrina: de otro modo, ya hubiéramos abandonado a
Basilio, Hilario, Atanasio, Liberio y Osio y nos llamaríamos arrianos”[3].
San Gregorio de
Niza (†380), Contra los Arrianos: “¿Dónde están los que nos insultan por
nuestra pobreza y se enorgullecen de sus riquezas? ¿Esos que definen a la Iglesia por los números y desprecian al rebaño
pequeño?”[4].
Si
la crisis arriana ―sólo un preludio de la Gran Apostasía― fue tan extensa, ¿cuánto
más extensa será la Gran Apostasía predicha por nuestro Señor y San Pablo?
Profecía de San
Nicolás de Flüe (1417-1487): “La
Iglesia será castigada porque la mayoría de sus miembros, superiores e
inferiores, se pervertirán sobremanera. La
Iglesia se hundirá más y más, hasta que ella, finalmente, parecerá haberse
extinguido, y la sucesión de Pedro y de los otros Apóstoles expirado. Pero
después de esto, ella será exaltada victoriosamente a la vista de todos los
incrédulos”[5].
San Pablo nos dice
además que en esta apostasía un hombre se sentará en el templo de Dios y
se “proclamará Dios a sí mismo”. Más adelante en este libro, demostramos que
esto es exactamente lo que ha sucedido, un hombre ha tomado posesión de la
Basílica de San Pedro proclamando que él y todos los demás son Dios.
El
P. Herman Kramer fue un sacerdote católico que pasó treinta
años estudiando y escribiendo un libro sobre el Apocalipsis. En su libro, él
escribió lo siguiente acerca de la profecía de San Pablo con respecto al
Anticristo sentado en el templo de Dios:
“San Pablo dice que el Anticristo ‘se sentará en el templo de Dios’…
Este no es el antiguo templo de Jerusalén, ni un templo construido por
el Anticristo, como algunos han creído, puesto que sería su templo… este templo
tiene que ser de la Iglesia Católica, posiblemente una de las iglesias en
Jerusalén o la de San Pedro en Roma,
que es la iglesia más grande de todo el mundo y es, en su sentido pleno, ‘el
templo de Dios’”[6].
Nótese
que el P. Kramer dice que “el templo de Dios” se refiere
probablemente a la Basílica de San Pedro en Roma.
Papa Pío XI, Quinguagesimo ante, # 30, 23 de
diciembre de 1929: “… tal fue la cantidad
de personas que vinieron a la Basílica de San Pedro para la indulgencia
del jubileo que, probable, Nos nunca
habíamos visto el gran templo tan lleno de gente”[7].
La Enciclopedia Católica, en su artículo acerca del “Anticristo” nos dice que San
Bernardo creía que el Anticristo sería un antipapa:
“…
San Bernardo habla en el pasaje del antipapa [como la Bestia del Apocalipsis]”[8].
Bto.
Joaquín († 1202): “Hacia el fin del mundo, el Anticristo derrocará al Papa y
usurpará su sede”[9].
Pero créase o no que
el Anticristo será un antipapa, lo que definitivamente ha sido profetizado es
que las fuerzas del Anticristo gobernarán Roma en los últimos días. El 19 de
septiembre de 1846, Nuestra Señora de La
Salette profetizó que, como resultado de la apostasía de la única verdadera
fe católica en los últimos días, Roma perderá la fe y se convertirá en la sede
del Anticristo.
Nuestra Señora de la Salette, 19 de septiembre
de 1846:
“Roma perderá la fe y se convertirá en la
sede del Anticristo… la Iglesia será eclipsada”.
Nuestra Señora lloró en la Salette
Esta alarmante
profecía coincide con las profecías de la Sagrada Escritura (Apocalipsis 17 y
18), que nos dice que la ciudad de las siete colinas (Roma) se convertirá en una ramera (una falsa
Esposa de Cristo), que va a cometer fornicaciones espirituales (idolatría) y se
embriagará con la sangre de los santos (falso ecumenismo). La gran ramera
profetizada en la Biblia no es la Iglesia Católica; es una falsa Iglesia Católica,
una falsa esposa apóstata que llegará en los últimos días para engañar a los
católicos y eclipsar a la verdadera Iglesia, la cual quedará reducida a un
remanente. En este libro presentamos abrumadora, innegable e irrefutable
evidencia, con bases doctrinales y hechos irreprochables, que la “Iglesia”
nacida del Segundo Concilio Vaticano (1962-1965) en realidad no es la Iglesia Católica,
sino más bien una falsa Iglesia masivamente fraudulenta que niega las enseñanzas
fundamentales de la Iglesia Católica.
También demostramos
que los hombres que impusieron esta nueva religión del Vaticano II y la Nueva
Misa en realidad no son católicos, sino herejes manifiestos que predican una
nueva religión.
De hecho, cualquier duda sobre la autenticidad del
mensaje de nuestra Señora de La Salette es eliminada en este libro por un
análisis cuidadoso de la evidencia.
Entre otras cosas, este libro documenta que el Vaticano ahora enseña que los
judíos son perfectamente libres de no creer en Jesucristo.
Esto puede ser
alarmante para algunos, no obstante, es un hecho. Incluso sin que se consideren
todas las otras apostasías que son cubiertas en este libro, este hecho prueba
que las palabras de nuestra Señora se han hecho realidad: Roma (no la Iglesia Católica)
ha perdido la fe (dando paso a una falsa secta no católica) y se ha convertido
en la sede del Anticristo.
A fines de 2001, la
Pontificia Comisión Bíblica publicó un libro titulado El Pueblo Judío y
sus Escrituras Sagradas en la Biblia Cristiana. Este libro sostiene que la continua espera de los judíos por el Mesías sigue
siendo válida y justificada por el Antiguo Testamento. “La espera
mesiánica fue justificada en el Antiguo Testamento”, explicó el portavoz papal
Joaquín Navarro-Valls, “y si el Antiguo Testamento mantiene su valor, entonces
también mantiene eso como un valor. Se dice que usted no puede decir que
todos los judíos están equivocados y nosotros tenemos la razón”. Cuando los
periodistas le preguntaron si sus declaraciones podrían dar a entender que el
Mesías, de hecho, no pudo haber venido, Navarro-Valls respondió, “Ello
significa que sería un error para el católico esperar por el Mesías, pero no
para un judío”. Por ende, esto significa que el Vaticano ahora sostiene que
los judíos son perfectamente libres de rechazar a Cristo; esta es la enseñanza
de los “Papas” del Vaticano II.
Roma
ha perdido la fe y se ha convertido en la sede del Anticristo.
1 Juan 2, 22: “¿Quién es el mentiroso sino aquel que niega que Jesús es Cristo? Ese es el Anticristo,
el que niega al Padre y al Hijo”.
Pero, ¿cómo pudo esto
ocurrir, y qué deben hacer los católicos al respecto? Este libro procura
responder detalladamente ambas preguntas.
[1] The Papal Encyclicals, por Claudia Carlen,
Raleigh: The Pierian Press, 1990, vol.
3 (1903-1939), p. 6.
[2] William Jurgens, The Faith of the Early
Fathers, Collegeville, MN: The Liturgical
Press, vol. 2, p. 39.
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Desde Radio Cristiandad:
SIMPLE CASUALIDAD… SOLO ESO… ¿O NO?
Pero…
Un pobre joven de 21 años muere al caérsele un gigantesco crucifijo encima: Se trataba de una escultura en homenaje a Juan Pablo II, recordando su visita… Mmmmmmm…. ¿Raro?… No busques la 5º pata al gato…
Pero eso no es todo! ¿Sabés donde vivía el pobre jóven? En la calle Juan XXIII… Ahhhhh bueeeeee…

Marco Gusmini,
21enne di Lovere (Bg) è morto sul colpo a Cevo (Bs) travolto dalla croce
del Cristo Redentore, scultura creata da Enrico Job in occasione della
visita a Brescia di Papa Giovanni Paolo II nel settembre 1998. Il dramma
poco dopo le 14: in visita alla croce alta 30 metri, che regge una
gigantesca statua di Cristo, c’era un folto gruppetto di ragazzini
dell’oratorio di Lovere (Bg). I più giovani erano nel piazzale
antistante, insieme al parroco don Claudio e qualche genitore, mentre
Marco si trovava proprio sotto la croce insieme ad un 31enne, quando
all’improvviso si sono spezzate le giunture portanti ed un pesante pezzo
del legno, insieme alla statua del Cristo sono piombati addosso a
Marco. Il giovane, affetto da una leggera disabilità motoria, non è
riuscito a fuggire come hanno fatto i suoi amici. Inutile l’arrivo sul
posto dell’eliambulanza del 118 di Brescia: il 21enne è morto sul colpo.
La croce a Cevo dal 2005
La
croce alta 30 metri, installata nel 1998 allo stadio di Brescia in
occasione della visita di papa Wojtyla, fu poi smontata e conservata per
diversi anni nel seminario cittadino. Nel 2005 è stata poi portata al
dosso dell’Androla di Cevo (1200 metri) su espressa volontà di Vigilio
Mario Olmi, emerito vescovo ausiliare di Brescia, a suo tempo presidente
del Comitato per la visita del Papa a Brescia. Decisero di portarla in
montagna per ricordare, dissero, le cicatrici e le ferite della Seconda
Guerra Mondiale. E anche perché papa Giovanni Paolo II, alpinista
appassionato, era stato in visita al vicino massiccio dell’Adamello.
Dramática coincidencia: http://bergamo.corriere.it/notizie/cronaca/14_aprile_24/drammatiche-coincidenze-ragazzino-morto-518b8118-cbc4-11e3-b768-8b37958dddda.shtml
Esta era la asquerosidad de monumento, semejante a una serpiente:

Desde Miles Christi:
EL "BEATO" QUE TRAJO LA DESGRACIA A LA IGLESIA: RONCALLI/JUAN XXIII
NOTA: Téngase claro que Roncalli/Juan XXIII era un hereje contumaz,
masón convicto y confeso por tanto NI ERA PAPA Y MUCHO MENOS BEATO.
Traducción del artículo publicado primeramente por Fray Pedro de la Transfiguración, CRC, en LA CONTRARREFORMA CATÓLICA (aquí el original francés).
EL BEATO QUE NOS TRAJO LA DESGRACIA
Juan XXIII, "El papa del Concilio"
Angelo Giuseppe Roncalli, "Juan XXIII"
INTRODUCCIÓN
El 3 de junio de 1963 a las 7:45 pm, mientras el Cardenal Traglia, Pro-Vicario de Roma, cantaba el Ite missa est
cuando celebraba la misa por el Papa agonizante, el “buen Papa Juan”
murió en paz, a la edad de 81 años. En la Plaza de San Pedro, la
multitud aclamaba al sacerdote, cuya bondad natural había ganado su
corazón. El mundo, incluyendo Moscú, le rindió homenaje. Y su fama de
santidad, defendida por los partidarios del Concilio Vaticano II,
convocado por él, le llevó a la beatificación, declarada por el Papa
Juan Pablo II, el 3 de septiembre de 2000.
Una de sus últimas palabras capta la ambivalencia de este Papa que fue
el artífice de la apertura de la Iglesia al mundo. Después de recibir
conscientemente la extremaunción, señaló al crucifijo en la cabecera de
su cama, y dijo a los presentes:
“El secreto de mi ministerio está en el crucifijo que yo siempre quise tener al lado de mi cama. Lo veo cuando me levanto y antes de dormir. Es allí donde puedo hablar con él durante las largas horas de la noche. Miradlo, cómo lo veo yo. Sus brazos están abiertos al programa de mi pontificado: como está escrito, Cristo murió por todos, por nosotros. Nadie está excluido de su amor y de su perdón”.
Momentos más tarde, dijo:
“Tuve la gracia de ser llamado por Dios como un niño, nunca pensé en otra cosa, nunca he tenido otras ambiciones. (…) Por mi parte, yo no soy consciente de haber ofendido a nadie, pero si lo hice, pido disculpas. (…) En esta última hora, me siento tranquilo y seguro de que el Señor en su misericordia, no me rechaza. Indigno como soy, yo quise servir y lo he hecho con mis mejores esfuerzos para rendir homenaje a la verdad, la justicia, la caridad y mantener un 'cor mitis et humilis' [un corazón manso y humilde] del que nos habla el Evangelio”.
Juan XXIII quiso ser el apóstol del amor incondicional de Cristo por los
hombres. Pero los santos canonizados de los precedentes años de la
Iglesia, ¿pensaban también que el amor de Cristo era incondicional? Para
medir lo que les separa del sucesor 261° de San Pedro, basta recordar
su vida, siguiendo la informadísima biografía de Peter Hebbletwhaite,
académico británico, expulsado de la orden jesuita, experto en la
historia de la Iglesia contemporánea.
JOVEN CLÉRIGO QUE APUNTABA A LIBERAL
Como San Pío X (según dice su biógrafo),
Angelo Roncalli “nació pobre”, pero esta será la única cosa en común
con su santo predecesor, porque no “vivió como pobre” ni su muerte “fue
la de un pobre”. La “simplicidad” con que ponderaba los
tesoros de las iglesias en donde celebraba, para hacérselos después
donar, era conocida y temida por los sacristanes de ellas. Nació un 25
de noviembre de 1881 en un pequeño pueblo cerca de Bérgamo, en
Lombardía, cuarto de doce hijos de una familia de aparceros,
profundamente cristiana.
Angelo demostró ser un niño piadoso, impermeable a la propaganda de la escuela laica, a la que se vio obligado a asistir.
Esto hizo que su primera comunión la recibiera excepcionalmente a la
edad de ocho años. Fue el cura de su parroquia el que cayendo en la
cuenta de su inteligencia convenció a sus padres para que prosiguiera
los estudios, lo que llevó a cabo con determinación en condiciones muy
duras, por lo menos en el primer año.
Más tarde sin dudarlo, entró en el seminario de Bérgamo, donde recibió
una formación tradicional de impronta contrarreformista. Fue un modelo
de seminarista, que seguía una regla de vida, a la que se mantuvo fiel
toda su vida.
Su obispo Mons. Guindani, así como el
de Cremona, Mons. Bonomelli eran “acuerdistas” (conciliariste), es
decir, estaban a favor de la reconciliación entre el Papado y el nuevo
Estado italiano. En los acalorados debates que agitaban el
seminario sobre este tema, de manera espontánea Roncalli adoptó el punto
de vista de su pastor. Uno de sus tíos se entregó con pasión al
trabajo social que la diócesis de Bérgamo desarrollaba.
En 1900, durante un rápido viaje a
Roma, el joven seminarista quedó impresionado no sólo por León XIII,
sino también por el clima anticlerical de la Ciudad Eterna.
Al año siguiente regresó a Roma, esta vez enviado por su obispo para
estudiar teología. Allí se aprovechó del tomismo renovado, pero fue
sobre todo la historia lo que le fascinó gracias a su maestro, el padre
Benigni, futuro auxiliar de San Pío X en la lucha contra el modernismo,
quien le infundió su inmensa admiración por la Contra Reforma, sobre
todo por San Carlos Borromeo. La admiración por este santo, no
disminuyó con los años llegando hasta el tiempo de su elección al
pontificado. Roncalli trabajaría en la edición crítica de los treinta y
nueve volúmenes de informes de las visitas pastorales ¡de su santo
favorito!
Sus estudios fueron interrumpidos en noviembre de 1901 durante el año de servicio militar, lo cual le resultó muy doloroso. Regresó a su verdadera vocación, pero un tanto desilusionado por el estado de la humanidad. Pero, como escribió a su familia,
sintió, “una furia por querer saberlo todo, conocer todos los autores
de valor, me puse al tanto del movimiento científico en sus múltiples
direcciones”.
En Roma, fue compañero y amigo de
Ernesto Buonaiuti, que sería más tarde excomulgado por modernista.
Aunque Angelo no lo sigue en su mal espíritu y en su crítica de la
formación que recibieron, sin embargo quiere, como él, una Iglesia más
abierta al mundo moderno y que esté más interesada en la acción social.
Ernesto Buonaiuti fue excomulgado por apoyar el modernismo (doctrina
condenada entre otros, por San Pío X), y cuestionar la divinidad de
Cristo y la santidad de la Iglesia
Durante estos años, su espiritualidad
evolucionó y permanecería así desde entonces. Después de haber sido
educado en el temor al pecado, ahora toma esta resolución: “El
sentimiento del amor de Dios y la completa entrega a su voluntad es la
que tiene que absorber en mí todo lo demás”.
Pero de este primer período romano, lo
más importante que sacó para su futuro, fue sin duda la relación
estrecha que mantuvo, por recomendación de un amigo sacerdote, con el
Obispo Tedeschi, capellán de la Obra del Congreso, es decir, la Acción
Católica Francesa. Sin embargo, este prelado pertenecía al círculo de
los partidarios del cardenal Rampolla, secretario de Estado de León XIII, muy liberal y vinculado a la masonería.
El joven Roncalli también quedó
deslumbrado por dos “victorias” de la diplomacia del Papa León XIII: la
visita del rey de Inglaterra al Vaticano y poco después la del
emperador de Alemania. En su diario anotó:
Además de la ingenuidad de esta reflexión que ignora el interés con que se beneficiaban los dos jefes de Estado al ser acogidos por el pontífice, sin beneficio real para el reino de Cristo, hay que señalar el uso por primera vez del término 'signo de los tiempos'. Uno de los futuros eslóganes de la próxima revolución conciliar ¿justificaba ya entonces la unión de la Iglesia con sus enemigos?
“Es un signo de los tiempos esta nueva aurora luminosa que amanece en el Vaticano después de una noche de tormenta, el lento pero consciente y real retorno de las naciones a los brazos del Padre común que desde hacía tiempo las esperaba llorando su desvarío”.
Además de la ingenuidad de esta reflexión que ignora el interés con que se beneficiaban los dos jefes de Estado al ser acogidos por el pontífice, sin beneficio real para el reino de Cristo, hay que señalar el uso por primera vez del término 'signo de los tiempos'. Uno de los futuros eslóganes de la próxima revolución conciliar ¿justificaba ya entonces la unión de la Iglesia con sus enemigos?
Por lo que se ve ésta ya es una
característica de Roncalli: su presteza para extasiarse ante la
apertura de espíritu a los enemigos de la Iglesia. El que cesara la lucha, el que no se anatemizara ya a nadie ¡le parecía un avance significativo!
REFRACTARIO A SAN PÍO X
El 4 de agosto de 1903, el Cardenal
Sarto fue elegido Papa, y no el Cardenal Rampolla que había entrado en
el cónclave como favorito, tomando el nombre de Pío X. Una
de sus primeras decisiones importantes sería la disolución de la "Obra
del Congreso", minada por los errores de la Democracia Cristiana. No
sería la única medida que golpearía a los protegidos del Secretario de
Estado del difunto Papa.
En este ambiente de conmoción por su
“familia espiritual”, Roncalli terminó su teología, justo antes de ser
ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1904. Su proyecto era llevar a cabo estudios de derecho canónico, pero entonces sucedió el nombramiento de Mons. Tedeschi como obispo de Bérgamo, que inmediatamente lo llamó para que fuera su Secretario.
El nuevo obispo, apenas instalado en su
diócesis, va en peregrinación a Francia con su secretario, no por
razones de piedad, sino para ver por sí mismo el impacto de la política
de Pío X frente al gobierno francés anticlerical. Volvería convencido de que “¡Pío X perdió la batalla contra el Estado francés!”
Ya sabemos lo suficiente como para observar que el
futuro Juan XXIII había recibido una huella imborrable en sus años de
formación eclesiástica en un medio muy opuesto a Pío X y a todo lo que
representaba el santo pontífice.
Mantendría, sin embargo, una estima sin límites por el Obispo Tedeschi,
de quien más tarde escribiría la biografía, admirándolo, en particular,
por su capacidad para adaptar la Iglesia a las “nuevas condiciones y necesidades de la época”.
En medio de estas influencias iniciaría
una fuerte amistad con el Cardenal Ferrari, arzobispo de Milán, también
del clan liberal, y cuando llegó a ser papa, abriría el proceso de su
beatificación, que el Papa Juan Pablo II culminaría en 1987.
Cuando el 8 de septiembre de 1907 apareció la encíclica Pascendi de
San Pío X, que condena enérgicamente el modernismo, los círculos
liberales estaban devastados: lo ven como un golpe mortal para el
estudio, la ciencia y la inteligencia en la Iglesia. No obstante, el 4 de diciembre, en el tercer centenario de la muerte del Cardenal Baronio, el
Padre Roncalli dio una conferencia pública que causó un gran revuelo.
Es una obra maestra de habilidad que, al tiempo que parece aprobar la
encíclica, hace una labor de zapa, rindiendo homenaje a la curiosidad
intelectual sin restricciones, fundamental para el libre cuestionamiento del conocimiento.
Su biógrafo cuenta que Roncalli no
hubiera podido pronunciar esta conferencia sin estar seguro de la
protección de personas poderosas, entre las cuales estaban, además del
Cardenal Ferrari, el Cardenal Mercier, primado de Bélgica, que, no ahorra en secreto las más duras críticas a Pío X, proclamando al mismo tiempo estar en perfecto acuerdo con él.
Es en este cenáculo cerrado cuando en 1908 Roncalli oye al viejo obispo de Cremona, Arzobispo Bonomelli la idea de un Concilio como dejará escrito en su diario: “Un
gran concilio ecuménico que debatirá con presteza, libre y
públicamente, los principales problemas de la vida religiosa, y tal vez
atraerá la atención del mundo sobre la Iglesia, estimulará la fe y abrirá nuevas perspectivas para el futuro”. ¡Juan XXIII retomará la frase casi textualmente cincuenta y cinco años más tarde!
Una anécdota ilustrará la oposición
entre San Pío X y el futuro Juan XXIII. Es de fecha de 18 de noviembre
de 1908, cuando el santo pontífice recibió en audiencia a una delegación
de la diócesis de Bérgamo que venía a darle 25.100 liras en monedas de
oro, por su aniversario. En su diario, Roncalli escribió que Pío X no
les concedió ni una mirada, ni siquiera las gracias por este regalo,
pero dirigió a ellos con emoción una firme advertencia contra el
modernismo y sus fatales consecuencias, concluyendo con esta frase: “Por
supuesto santo, pero no totalmente perfecto, ya que se dejaba invadir
por la ansiedad y se mostraba tan angustiado”. Quizás era
por su propia perfección por lo que Juan XXIII ¡nunca se afligiría ni
por la salvación de las almas, ni por su propia salvación!
Nótese sin embargo que, después de su
retiro en 1910, cuando debía pronunciar el juramento anti-modernista,
escribió en su diario el texto que su biógrafo describe como
“incomprensible”,
“Las experiencias dolorosas que se han podido constatar aquí y allá este año, las graves preocupaciones del Santo Padre, el llamamiento a los pastores, me convencen, sin querer buscar más, que los vientos de modernismo soplan más fuerte y más extensamente de lo que me parecía a primera vista, y bien pueden alcanzar y hacer desviar a los que inicialmente no querían más que la adaptación de la antigua virtud del cristianismo a las necesidades modernas. Muchos incluso los buenos, se equivocaron, tal vez inconscientemente”.
No obsta, sin embargo, que su clase de
historia en el seminario de Bérgamo fuera denunciada a Roma como
modernista. Para defenderse, escribió al Cardenal De Lai en junio de
1914, afirmando que él nunca leyó en sus clases al historiador
modernista, Abbé Duchesne, lo cual es ni más ni menos que mentira, como su biógrafo se ve obligado a reconocer.
Convenía haber hablado un tanto extensamente de sus años de formación,
ya que fueron decisivos. Todo Juan XXIII ya está en ellos. Él mantuvo
hasta el final las ideas de aquel cenáculo liberal, simpatizante con
los modernistas, que creció a la sombra de León XIII, y fue condenado
por San Pío X, pero no erradicado puesto que resurgiría poco tiempo
después, hasta llegar a las más altas esferas de la Iglesia.
LOS LENTOS COMIENZOS DE UNA CARRERA
Durante la Primera Guerra Mundial, fue
reclutado como capellán médico. La valentía y el heroísmo de los
soldados corregiría sus impresiones sobre el servicio militar. También
se congratulaba de que por las pruebas que estos hombres compartían con
los sacerdotes alojados en los mismos pabellones, había desaparecido el
anticlericalismo. El antagonismo entre la Iglesia y el patriotismo italiano moría en las trincheras.
Uno no se sorprende al saber que él era un entusiasta partidario de la convocatoria por la paz lanzada por Benedicto XV.
Después de la guerra, el nuevo obispo de Bérgamo lo nombró director de la residencia de estudiantes, director espiritual del seminario y director de la Unión de Mujeres Católicas. Él
es feliz en este ambiente muy receptivo a los principios de la
democracia cristiana. Apoya el Partito Popolare Italiano del sacerdote
siciliano Sturzo; con el Cardenal Ferrari y otros, sueña con una
teo-democracia bajo el magisterio de un papa abierto al mundo moderno.
En 1920, en el Congreso Eucarístico de Bolonia, cuando se temía una
revolución comunista en Italia, pronunció un discurso muy aplaudido
sobre la Virgen María y la Eucaristía, que terminaba dando una lección
de serena confianza. Tras este éxito oratorio, el Cardenal Van Rossum,
Prefecto de Propaganda, le solicita para el puesto de Director Nacional
de la Propagación de la Fe. Él aceptó este nuevo papel que le valió el
título de Monseñor, y allí se revelará muy eficiente.
Los acontecimientos de aquellos años no tienen gran interés. Admirador
de Benedicto XV, se muestra mucho más reservado con Pío XI, de quien no
entiende, principalmente, la política de compromiso con Mussolini.
Él es decididamente anti-fascista, hasta el punto que después de una
predicación abiertamente contra el régimen, el gobierno reclama su
alejamiento de Roma.
Por esa razón, el 17 de febrero de
1925, fue nombrado visitador apostólico en Bulgaria, donde viven sesenta
y dos mil católicos, divididos entre uniatas y latinos;
están perdidos en medio de los ortodoxos que acababan de desgajarse del
Patriarcado de Moscú por su [de ellos] anticomunismo y deseaban
acercarse tanto a Constantinopla como a Roma. Se esperaba pues de él un
informe sobre esta compleja situación.
En el último momento, Pío XI, que lo recibe poco antes de su partida,
decide hacerlo arzobispo, lo que no era necesario para esta misión. Fue
consagrado el 3 de marzo 1925.
Fue entonces cuando conoció a Dom
Lambert Beauduin y se convierte en partidario del ecumenismo de la
caridad, como él decía, dejando de lado las condenaciones pasadas
hechas por no haber considerado antes que nada aquello que nos une.
Se empezó a hablar de él como sucesor
del Cardenal Ferrari en Milán, pero Mussolini se opuso a ello. Se
quedaría por ello diez años en Bulgaria, poniendo buena cara a la mala
suerte, dedicándose de lleno a los católicos búlgaros y estrechando
amistad con la familia real.
A finales de 1934, fue enviado como delegado apostólico a Turquía,
donde su predecesor había dado la espalda tanto al gobierno secular
de Atatürk como al patriarcado de Constantinopla. Su bonhomía hizo
maravillas, todo el mundo le apreciaba. Autoriza
innovaciones que fueron severamente juzgadas en Roma, pero que le
valieron el aprecio de los turcos, tales como permitir el uso de su
lengua en la liturgia de las invocaciones al Santísimo Sacramento o en
las lecturas de la Misa.
A la muerte de Pío XI, recibió las condolencias del Patriarca de
Constantinopla, lo que nunca se había visto desde los días del cisma.
En 1939, Turquía, que era neutral, se convierte en un centro de actividad diplomática de los beligerantes. Roncalli
se hizo amigo del embajador de Alemania, el católico Von Papen, que le
proporcionará mucha información acerca de las intenciones pacíficas de
Hitler. Roncalli lo transmite a Roma como algo de alto valor en los documentos entregados. Pero
en el Vaticano, Monseñor Tardini, quien tiene la sartén por el mango
en la diplomacia de la Santa Sede, no se dejó impresionar, y anotó al
margen de un informe del delegado apostólico en Turquía: “uno que no ha
entendido nada”.
De hecho, su biógrafo, establece sin lugar a dudas: la
actividad diplomática de Monseñor Roncalli supuso una serie de
fracasos, si exceptuamos su capacidad para ser apreciado por todos. Por
eso, él no tendrá una gran reputación en la Secretaría de Estado y en la
Curia Romana. Su único éxito fue el rescate de veinte mil judios de
Europa Central, a través de sus buenas relaciones con el rey de
Bulgaria, y la complicidad de Von Papen.
NUNCIO APOSTÓLICO EN PARÍS
El 6 de octubre de 1944, fue nombrado
nuncio apostólico en París -¡el puesto más prestigioso de la diplomacia
vaticana!- para sustituir al obispo Mons. Valerio Valeri, a quien De
Gaulle no perdonaría haber sido testigo de la resistencia del mariscal
Pétain a su detención por los alemanes. La situación entre Francia y la Santa Sede es muy tensa, por eso se necesitaba alguien que pudiera arreglar las cosas.
De hecho, su biógrafo muestra que
desempeñó un papel muy secundario en la mejora de las relaciones entre
De Gaulle y el Vaticano. Sonriendo, sin escrúpulos, muestra el apoyo
oficial de la Iglesia al usurpador gaullista. El mariscal de Francia (Pétain) es visto como un interludio desafortunado, como él
mismo dice sin rodeos en su primer discurso de bienvenida al nuevo
gobierno: “Francia vuelve a tomar su tradicional fisionomía y el
legítimo lugar que le corresponde entre las naciones”. ¡Para él la
fisionomía tradicional de Francia era la de los Derechos Humanos y la de
la Revolución!
Durante los nueve años de su estancia
en París, sería muy popular entre los políticos franceses (que no son
cristianos) por su sentido del humor que hace maravillas en las cenas
ceremoniales. Su principio de acción es simple: “El
mantenimiento de relaciones pacíficas entre la Iglesia y el Estado es el
propósito mismo de la Nunciatura Apostólica”.
Si en algo se destacó Roncalli como Nuncio, fue en su capacidad de hacer
amigos (Aquí platicando con unos políticos socialistas, mientras fuma
un cigarrillo)
Aunque
estuvo muy interesado en la historia de Francia, abandonó sin embargo
el estudio de las ideas contemporáneas. En un primer momento parece
preocuparse por la situación: “Francia es como el pueblo
elegido, piensa, y cree que porque es la “hija mayor de la Iglesia”
desde hace siglos, puede permitirse cualquier cosa sin mostrar su fe en
las acciones. Se equivoca, y temo por ella”. Sin embargo, cambiaría rápidamente bajo la influencia de las excelentes relaciones que mantenía con Mons. Montini, que era junto con Mons. Tardini, el principal colaborador de Pío XII en aquel momento.
Se puede decir que en
su estancia en Francia adquirió los rasgos que serían notables durante
su pontificado: un optimismo generalizado, con la convicción enraizada
de que la Iglesia no tiene necesidad de condenar errores ya que “¡hoy en
día la gente parece comenzar a condenarlos por sí misma!”, “un gran
interés en las acciones humanitarias y una apertura incondicional al
mundo moderno”. Se muestra muy influenciado por el
Cardenal Suhard, arzobispo de París, que desea una renovación de la
Iglesia mediante un laicado revitalizado y un sacerdocio activo y
adaptado a la vida moderna industrial.
Emmanuel
Suhard, Cardenal Arzobispo de París. Ideó los "sacerdotes obreros"
(precursores de la mal llamada "Teología de la Liberación")
El 29 de
noviembre de 1952 fue nombrado Cardenal, y después de algunas pocas
semanas fue nombrado Patriarca de Venecia. Allí sería muy feliz. Allí,
como en otras ocasiones, su bonhomía y sentido del humor conquistarían
enseguida el corazón de la gente. Se encontró con una
diócesis muy pobre. No duda en alejarse de los partidos políticos, lo
que es inmediatamente interpretado como una desafección a la Democracia
Cristiana.
Imitando a San Carlos Borromeo y a San Pío X convoca un sínodo
diocesano. Es entonces cuando empleó por primera vez la expresión aggiornamento de
la Iglesia. A él le gustaba evocar la eterna juventud de la Iglesia, es
decir, su capacidad para adaptarse constantemente al mundo en que vive.
Con Montini, ahora arzobispo de Milán,
pero a quien Pío XII rehusó el cardenalato, mantiene una extensa
correspondencia, pero fue una amistad la de ellos “vivida con
prudencia y discreción”, escribe su biógrafo.
EN EL TRONO DE PEDRO
A la muerte de Pío XII, el 9 de
octubre de 1958, era claro que el cardenal Roncalli era papable, dada la
avanzada edad de los cardenales y su pequeño número. Pero, en general se aceptaba que el suyo sería un pontificado de transición.
Irónicamente, su biógrafo escribe: “Juan XXIII pudo escribir que él
aceptó el honor y la carga del pontificado”, con la alegría de poder
decir que “no he hecho nada para conseguirlo, realmente nada, por el
contrario, he tratado cuidadosa y concienzudamente de no proporcionar,
por mi parte, ningún argumento a mi favor”, pero en estas declaraciones
se refiere al propio cónclave. “… porque ¡se había mostrado muy activo
en los días precedentes!”
En efecto, a diferencia del Cardenal
Sarto, y del Cardenal Luciani, que habían logrado sólo asistir a las
reuniones de cardenales estrictamente obligatorias, el Cardenal Roncalli
multiplicó las visitas y comidas con colegas y personas clave en el
Vaticano. En ausencia de Montini, se presentó como el hombre
adecuado para preparar el pontificado de este último. Tuvo tanto éxito
en sus contactos que en la víspera del cónclave, estaba convencido de
que sería elegido.
Sin embargo, las cosas no salieron
según lo planeado. Los conservadores, a priori, no lo querían ya que él
tenía mala reputación entre los cardenales de la Curia. En la víspera de
la votación XI, los cardenales conservadores Ruffini, arzobispo de
Palermo, y Ottaviani, prefecto del Santo Oficio, fueron a su habitación y
le transmitieron la necesidad de un Concilio para condenar los errores
modernos. Roncalli diplomáticamente escuchó con interés, pareciendo convencido, y consiguió aquellos votos influyentes.
Después de su elección, el 28 de octubre de 1958, está sorprendentemente tranquilo. Cumpliría 77 años, un mes más tarde.
Antes de Roncalli, hubo un Juan XXIII: Baltasar Cossa, que fue antipapa cuando el Cisma de Occidente
Su primera decisión fue sorprendente:
Eligió al conservador y colaborador más cercano de Pío XII, monseñor
Tardini, para ser secretario de Estado, lo que agradó a la Curia, pero
al día siguiente, anunció el nombramiento de veintitrés cardenales,
exigiendo que Mons. Montini fuera el cabeza de la lista.
Roncalli (electo Juan XXIII), nombró cardenal a Montini, a sabiendas de
la inhabilidad de éste por Pío XII (recuérdese que Montini trabajaba con
Alighiero Tondi como espía para la Unión Soviética)
Su reputación de simplicidad no impidió
que Juan XXIII amara la pompa pontificia, que quiso fuera respetada
en los menores detalles. Sin embargo, será el primer Papa en
hacer una homilía durante la Misa de entronización. Desarrolló el tema
del Buen Pastor, tema que evocará frecuentemente en otras ocasiones.
Otra de las novedades después de la
ceremonia, fue que el nuevo Papa hablara libremente con los
periodistas, presentándose como el 'José del Antiguo Testamento
reconocido por sus hermanos'. Él ya había utilizado esta comparación en Bulgaria, Turquía, Grecia y París, y la repitió sin cesar. Así pues, da dos claves de su pontificado: la unidad en la vida de la iglesia y la paz del mundo.
LA INSPIRACIÓN DE UN CONCILIO
El 25 de enero de 1959, durante un
consistorio celebrado en San Pablo Extramuros después de la ceremonia de
clausura de la semana de la Unidad, anunció su determinación de
convocar un concilio ecuménico. Ante eso, los Cardenales no
tienen ninguna reacción, dejando a Juan XXIII, un poco decepcionado.
Montini fue el primer sorprendido; como escribió a un amigo: “El astuto
santo viejo no parece darse cuenta en que avispero se mete”.
Más tarde, en 1962, Juan XXIII lo
presentará como una inspiración del cielo. Le habría venido súbitamente
durante una charla con Mons. Tardini el 20 de enero de 1959:
“Súbitamente, una gran idea surgió en Nos e iluminó nuestra alma. Nos la acogimos con una confianza inefable en el Divino Maestro, la palabra vino a nuestros labios, como un imperativo solemne. Nuestra voz lo expresó por primera vez: un Concilio”.
En su diario, que sabía iba a ser publicado después de su muerte,
escribió el 15 de septiembre de 1962, tres semanas antes de la apertura
del Concilio:
“Sin haber pensado antes en ello, en mi primera conversación con el Secretario de Estado, el 20 de enero de 1959, pronuncié las palabras de Concilio Ecuménico, Sínodo Diocesano y revisión del Código de Derecho Canónico, y esto sucedió sin que yo hubiera hecho antes hipótesis o proyecto alguno. El primero en ser sorprendido por esta sugerencia que hice, era yo mismo, ¡cuando nadie me había dado una pista!”
Su biógrafo benevolente habla de
“reorganización inconsciente de sus recuerdos”, ¡con que elegancia se
dicen las cosas! Esto es simplemente una mentira obvia.
Pero honesto como era, Pedro
Hebbletwhaite recordó que fue Mons. Ruffini quien tuvo esa idea en
1939, incluso antes de que fuera cardenal, pero Pío XII no la consideró.
Cuando llegó a arzobispo de Palermo, volvió a la carga en 1948, con el
apoyo del cardenal Ottaviani, a fin de obtener la condena de los
errores modernos; esta vez, el Papa ordenó secretamente prepararlo. Pero
Pío XII abandonó unos meses más tarde la idea, viendo que las
reacciones de los prelados consultados comenzaban a mostrar grandes
divisiones en el seno del episcopado. Finalmente, en el último cónclave, los dos cardenales se dirigieron a aquél a quien se orientaba el voto.
El 30 de octubre de 1958, dos días
después de su elección, el Papa Juan XXIII habló con su secretario y se
hizo traer los documentos guardados en los archivos de la preparación
hecha por Pío XII en 1948. Después de tener conocimiento de ellos,
decidió que su concilio tendría un espíritu diferente: su principal
objetivo sería pastoral, no doctrinal, el concilio era necesario para
satisfacer las necesidades cambiantes de la Iglesia y el mundo. La
decisión fue definitivamente tomada el 28 de noviembre.
El 9 de enero, habló bajo secreto con Dom Rossi, antiguo secretario del Cardenal Ferrari.
- “Esa noche, le dijo, vino a mí una gran idea: hacer un concilio”.
- Don Rossi respondió: “Es una hermosa idea.”.
- ¿Sabes? No es cierto que el Espíritu Santo asiste al Papa.
- ¿Cómo dice Santo Padre?
- No es el Espíritu Santo el que asiste al Papa. Soy yo quien no soy más que su asistente. Es Él quien hace todas las cosas. El Concilio es su idea”.
Por la lectura de estas líneas,
comprendemos la finalidad de estas mentiras pontificales: para este
concilio pastoral, que no se preocuparía por la doctrina y abandonaría
los procedimientos que le garantizarían la asistencia del Espíritu
Santo, hubo que inventar una “súper-infalibilidad” al afirmar que es
el Espíritu Santo el que actuaba directamente. Esto es lo que el abate
de Nantes llamó “el iluminismo del Concilio”. La duplicidad de Juan
XXIII esta ahí clara, y también explica su actitud en los años
siguientes, hasta su muerte.
UN CONCILIO PUEDE OCULTAR OTRO CONCILIO.
Efectivamente, en primer lugar, él comienza por confiar la preparación a una comisión presidida por el Cardenal Tardini. El 30 de junio 1959, abrió sus trabajos con la presentación de su concepción del Concilio. Retomando
la sugerencia del obispo de Cremona en 1908, o sea, que basta con que
la Iglesia debata públicamente, para que la humanidad, muestre simpatía
por su decisión y vuelva a Cristo, él esboza un “Concilio espectáculo”.
Sin embargo, el discurso es lo suficientemente ambiguo como para ser
interpretado como una invitación a anunciar ante la faz del mundo las
verdades de la fe para que la sociedad moderna se beneficie, ya que
corría hacia el extravío.
En realidad, la preparación del
concilio tuvo dos niveles: el oficial asignado a la Curia romana, y el
que se iba a forjar en el entorno del Papa, o sea “el espíritu del
Concilio” que nació en el seno de un pequeño grupo de fieles, de
iniciados, que sostienen la visión de una iglesia que quiere abrirse
al mundo. Tres figuras dominan este círculo: el Cardenal
Montini, por supuesto, el Cardenal Bea y el Cardenal Suenens, primado de
Bélgica.
Paralelamente a esta fase preparatoria, Juan XXIII convocó un sínodo de
la diócesis de Roma. La rapidez de los debates y la naturaleza
reaccionaria de los decretos sinodales dan confianza a los conservadores
en cuanto al desarrollo del Concilio próximo, sin alarmar a los
liberales que saben que todo podría ser revisado más adelante. Por otra
parte, estas decisiones del sínodo acabarán después prácticamente en
letra muerta.
En 1959, la reputación de bondad del
nuevo Papa provoca el cuestionamiento público del celibato clerical, y
el número de solicitudes de exención recibidas por la Santa Sede se
incrementa sustancialmente. Ciertamente, Juan XXIII recordó entonces la ley del celibato, pero no hizo nada contra los teólogos que lo cuestionaban.
A lo largo del año 1960, a los obispos
del mundo se les consultaría sobre el futuro Concilio. El 76% contestó,
sin embargo, con sugerencias en gran medida conservadoras. La minoría
progresista se alarmó, por lo que el cardenal Bea, sugiere a Juan XXIII
el establecer por iniciativa propia una Secretaría para la Unidad de
los Cristianos. Esta organización se ocuparía exclusivamente
de ecumenismo, pero estaría dotada de amplios poderes, permitiendo así
al cardenal poner a trabajar bajo su batuta a los jóvenes teólogos
excluidos por el Santo Oficio. Pronto
se interrumpirán los trabajos preparatorios, dando prioridad a un nuevo
criterio en la redacción de los patrones conciliares: “el deseo de no
disgustar a nuestros 'hermanos separados'”.
El actual Consejo deuterovaticano para la "Unidad de los Cristianos" fue
fundado el 5 de Junio de 1960 para contrarrestar la voz tradicionalista
de los obispos
Sin embargo, es a partir de este punto
cuando los medios de comunicación de todo el mundo están empezando a
interesarse en los trabajos de preparación y se hacen eco ampliamente de
obispos y teólogos como el joven e impetuoso Hans Küng, que deseaban un Concilio más democrático y colegial.
Este
año 1960 debería ser también el año de la publicación del Secreto de
Fátima. Ahora sabemos lo suficiente para que no nos sorprenda la
negativa de Juan XXIII a publicarlo, al declarar enfáticamente que
no concernía a su pontificado, dar publicación a la voluntades del
Cielo, por ser demasiado pesimistas. Los “profetas de calamidades” están
desde entonces prohibidos en la Iglesia eternamente joven y simpática
del “buen Papa Juan”.
Nuestra Señora ordenó que el Tercer Secreto de Fátima debía ser
"publicado después de Pío XII y antes de 1960". Pero Roncalli/Juan XXIII
NO OBEDECIÓ ¡PORQUE NO QUERÍA SER "PROFETA DE DESGRACIAS"!
LOS PREPARATIVOS FINALES PARA LA REVOLUCIÓN
Juan XXIII también iba a cambiar la posición de la Santa Sede en los asuntos temporales.
Bajo Pío XII, la política de la Santa
Sede era anti-comunista. En Italia, después de quince años de poder
indiscutible, el partido de la Democracia Cristiana con una disminución
de su electorado a la que Aldo Moro, su jefe, quería hacer frente con la
apertura a sinistra. La Secretaría de Estado se opone por el temor de que se beneficiara el Partido Comunista.
Pío XII se mostró temeroso de que la "Democracia Cristiana" se aliara
con el Partido Comunista, con el beneficio de éste último (como sucedió
con la alianza entre Aldo Moro y Enrico Berlinguer)
“La originalidad del papa Juan, dice su biógrafo, estaba
en aparecer desde el principio como un papa espiritual, un pastor, que
hacía una clara distinción entre el papado y la República Italiana. Ya
no están en competencia, podrían vivir juntos en armonía en este
espíritu de cooperación que él llamó convivenza. En
consonancia con esta distinción, la política italiana de Juan era una
política de separación y de reserva. (…) Él quiere que la Iglesia se
aleje del campo de batalla inmediato de los partidos políticos”. Por tanto, al negarse a intervenir en el debate, Juan XXIII permitió la apertura a la izquierda de los católicos.
El 15 de julio de 1961, durante las vacaciones de la Curia, publicó su encíclica Mater et Magistra sobre la cuestión social, inmediatamente interpretada como una bendición de la política de Aldo Moro.
El 30 de julio, el cardenal Tardini muere repentinamente. Para
reemplazarlo, Juan XXIII hizo un llamamiento al Cardenal Cicognani,
personaje anodino.
Los trabajos oficiales de la Curia avanzan. Ocho
centenares de expertos, todos ellos acreditados por el Santo Oficio,
han hecho sus sugerencias, por lo que se precisaba que un “comité
central”, redactase el texto para su presentación a los obispos. Con
motivo de su primera reunión, el Papa insiste en “la actualización de la
Iglesia”. “El Concilio, dijo, no es una asamblea
especulativa, es un organismo dinámico y vivo que ve y abraza a todo el
mundo”. Él habla de aggiornamento.
Las reuniones del Comité Central son muy animadas, ya la autoridad y el
prestigio del cardenal Ottaviani son contestadas y todos los arbitrajes
del Papa son en favor de los innovadores.
Durante el verano de 1962, el Vaticano
negoció en secreto con Moscú para que los obispos católicos de los
países comunistas y representantes del Patriarcado de Moscú pudieran
participar en el Concilio. Para dar su conformidad, Moscú exige una
promesa formal de que no habrá condena del comunismo, a lo que Juan
XXIII se pliega, puesto que en cualquier caso, ha sido ya decidido que el Concilio no condenaría nada.
El 23 de septiembre de 1962, cuando
terminó su retiro anual, Juan XXIII, se entera de los resultados de sus
últimos exámenes médicos. Le detectan un cáncer que le concederá, como
máximo, un año de vida.
LA REVOLUCIÓN EN ACCIÓN
Una Iglesia en gran medida
conservadora, una minoría activa progresista, un Papa muy popular, pero
gravemente enfermo, que tiene como principio no condenar a nadie, una
iglesia que quiere agradar a todo el mundo, este es el contexto de la
primera sesión del Concilio Vaticano II.
Las sesiones se abren 11 de octubre 1962, bajo la mirada de 1.200 periodistas acreditados. El
Papa preside este día memorable con su bonhomía habitual. Pronuncia su
famoso discurso, que se dice haber sido preparado por Montini, aunque
el biógrafo afirma que no, que es de la pluma de Juan XXIII, pero que
sea lo que sea, el Abbé de Nantes, identificó en él ocho herejías.
Pronto, la minoría progresista toma el control de los debates. Todos los
esquemas propuestos por la comisión central, excepto el de la
liturgia, fueron rechazados. Los padres piden una nueva redacción de los
textos que reflejen sus comentarios. Es la revolución.
La actitud del Cardenal Léger,
arzobispo de Montreal, es emblemática. Aquel que se presentó como el
hijo espiritual de Pío XII, intervino con los contestatarios (los
tradicionales). Pero por la noche, visita al Papa temiendo su reacción, porque no quiere disgustarlo. Fue
al día siguiente de haber encontrado el silencio benevolente del Papa,
cuando él opta por el cambio, en voz baja alentado por su vecino, el
Cardenal Montini.
Él papa dijo a los obispos franceses: “Hay discusiones, esto es es
necesario: pero hay que hacerlo con un sentimiento fraternal y todo irá
bien. En cuanto a mí, soy optimista”.
Como lo demostraría la correspondencia
entre Juan XXIII y Montini, hecha pública en 1983, ellos ya habían
acordado en secreto que el proyecto de Cardenal Ottaviani de que en una
sola sesión del Concilio se aprobaran los textos preparados, debía ser
reemplazada por uno más vasto que se alargaría al menos tres sesiones. No hay duda de que Juan XXIII quiso esta revolución conciliar contra su curia, él fue uno de los principales responsables.
No hay que olvidar que durante el mismo
mes de octubre de 1962, la Crisis de los Misiles de Cuba, que enfrentó
los EE.UU. con la URSS, pudo desembocar en una guerra nuclear. Roma hizo
de un intermediario entre Washington y Moscú. Cuando el 26 de octubre,
Pravda reprodujo la petición de paz lanzada por Juan XXIII, fue una
señal de que Khrushchev accedía a retirar los misiles soviéticos de Cuba.
Sería necesario todo un capítulo acerca de la política de apertura al
este de Juan XXIII, en el contexto de la Guerra Fría que entonces se
imponía. Incluso llegaría a desear un feliz cumpleaños al líder
soviético, por medio del jefe del partido comunista italiano.
Khruschev, también deseoso de mejorar su imagen en Occidente, se
prestó con gusto a ¡enviar un telegrama al Papa! El Papa no es
insensible a ello, exactamente como cuando se extasiaba al ver que el
emperador prusiano visitaba a León XIII.
La masonería internacional también
ensalza a Juan XXIII. La revista Time, le nombra “Hombre del Año 1962,
porque había dado al mundo entero el sentido de la familia humana!”
Mientras tanto, el cardenal Bea, pone a punto con el consentimiento del
Papa, la primera versión de la Declaración sobre la libertad religiosa (Nostrae Aetate), lo que provocaría acalorados debates.
En marzo de 1963, las autoridades
comunistas otorgan el premio Balsan de la paz… ¡al Papa Juan XXIII!
Montini le aconsejó que lo aceptase, aunque la Secretaría de Estado
recomendó encarecidamente lo contrario por miedo a que los católicos
italianos se desorientaran con provecho de los comunistas. El Papa escuchó a Montini; tras las elecciones, el Partido Comunista Italiano ¡ganó un millón de votos!
El 9 de abril de 1963, Juan XXIII, revestido con la estola para dar una dimensión religiosa al caso, firma la encíclica Pacem in Terris ante las cámaras de televisión. El
abbé de Nantes, denunció la utopía: “El Santo Padre predica un mundo
ideal futuro que debe ser construido con la buena voluntad de todos los
hombres”, que es como decir que es legítima la contestación del orden
actual y da un cheque en blanco a la revolución. ¡Los comunistas
tendrían que ofrecerle un premio!
Ante el
progreso de la enfermedad, Juan XXIII debe reducir su trabajo, poco
después debe guardar cama. Pero, contrariamente a lo que informaron los
medios tradicionales papistas, jamás pronunció una sola palabra de
arrepentimiento por el giro tomado por el Concilio.
Contrario a cuanto creen algunos tradicionalistas, Roncalli JAMÁS se arrepintió del Vaticano II y su liberalismo
En cambio, el 24 de mayo, dictó este mensaje a su secretario de Estado que es la mejor expresión de su pensamiento:
“Ahora más que nunca, más que en siglos anteriores por cierto, estamos llamados a servir al hombre como tal, y no sólo los católicos, ahora debemos defender por encima de todo, todos los derechos de la persona humana, y no sólo los de la Iglesia Católica. Las necesidades actuales del mundo salidas a la luz en los últimos cincuenta años y una comprensión más profunda de la doctrina nos han llevado a una situación nueva, como ya he dicho en mi discurso de apertura del concilio. No es que el evangelio haya cambiado, es que hemos comenzado a comprenderlo. Quienes han vivido tanto como yo, han confrontado tareas nuevas en el orden social a principios de este siglo. Quienes han pasado como yo veinte años en el Este y ocho en Francia, podrán comparar las diferentes culturas y tradiciones y saben que ha llegado la hora de discernir los signos de los tiempos, la hora de aprovechar la oportunidad y mirar al futuro”.
Al día siguiente, recordando el lenguaje injurioso contra el papa oído
en Roma durante la agonía de León XIII, Juan XXIII, hace esta
observación: “¡Los tiempos han cambiado para mejor!”
Murió el 3 de junio de 1963 "en paz", dispuesto a comparecer ante su
Juez. "Juan Pablo II" le declaró "beato"… nuestro Padre (Abbé Georges de
Nantes) demostró que fue nuestra desgracia. Concluyo citando su [del
abate de Nantes] "Carta a mis amigos", de 25 de septiembre de 1964.
“Juan XXIII la quiso [la revolución]. Él proclamó los principios de este movimiento, hizo detener el sistema y, como los hombres sólo cambian las instituciones cuando son malas y corrompen a los hombres, la Asamblea conciliar tenía que llegar allí donde él la quiso llevar. La procesión de todos los obispos del mundo era admirable a la vista el 11 de octubre de 1962, cuando se dirigía a San Pedro. Pero entró en terrible estado.La obra del Concilio debía, en efecto, estar de acuerdo con las decisiones soberanas del Papa, lo opuesto a las preocupaciones tradicionales. Ella iba en tres directivas, imprecisas y locamente prometedoras: la reforma de la Iglesia, el diálogo ecuménico, y la apertura al mundo. El integrismo pasaba a estar mal visto y todo lo que obstaculizaba este impulso generoso [el del concilio] se consideraba grosero e inapropiado. Se acordaría un premio a todos los programas marcados por la audacia y la novedad”.
Juan
XXIII quiso abrir la iglesia al mundo, pero de hecho, este hombre, que
se quería bueno, pero que anhelaba alabanzas, ¡la vendió al mundo!
Y ESTO ES LO QUE QUIEREN CONSTRUIR LOS HIJOS DE PUTA INTEGRALES...¡¡¡LA SINAGOGA MUNDIAL DE SATANÁS!!!
Desde Legión Católica:
Domingo, 20 de abril de 2014
EL TEMPLO DE LA FUTURA RELIGIÓN MUNDIAL SATÁNICA DE LOS JESUITAS
LAS
IMAGENES QUE VERÁS A CONTINUACIÓN SON FOTOGRAFÍAS DE LA MAQUETA O
MODELO DE LA FUTURA IGLESIA MAYOR Y PRINCIPAL DE LOS JESUITAS EN ROMA,
LA IGLESIA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA. LO SORPRENDENTE ES QUE ESTA IGLESIA
ESTÁ FORMADA CON OTRAS PARTES DE TEMPLOS DE OTRAS RELIGIONES, COMO LA
MUSULMANA, SHINTOÍSTA, BUDISTA, ORTODOXA RUSA, Y MUCHAS MAS! TAN SOLO
CONTEMPLAR LA ENORMIDAD DE LO QUE LLEGARÍA A SER LA FUTURA IGLESIA IMPRESIONA!
ESTO
ES AÚN MAS PRUEBA QUE SON LA ORDEN DE LOS JESUITAS QUIENES ESTÁN DETRAS
DE ESTE ECUMENISMO CONTROLADO POR EL PAPADO ROMANO PARA UNIFICAR TODAS
LAS RELIGIONES PARA ASÍ CREAR UNA RELIGIÓN MUNDIAL SATÁNICA CONTRA EL
CREADOR Y SU ENVIADO, CRISTO JESÚS.
Nota: Que mejor ilustración de apocalipsis 17:1;..
Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y
habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la
gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas;
Que la muestra de imágenes que acabamos de ver, todas las iglesias contenidas y asimiladas dentro de un templo católico.
¿Me pregunto acerca de donde irán a construir este templo babilónico?
Bueno, no hay que tener mucha imaginación para tener una idea de la
localidad "geográfica" significativa para construirla por lo que
significa para el mundo. ¡Que tal en Israel!
Aah, pero no adelantemos acontecimientos todavía, la ultima cumbre se
celebro en Asís en Octubre pasado y hasta que no caiga el sistema actual
laicista y secular, no podemos pasar a la ultima fase.
Que el Señor los bendiga
Tomado de: https://www.blogger.com
FALTA POCO...
EL ANTICRISTO SE PRESENTA MAÑANA...
LAS TROMPETAS YA SONARON...
LOS ÁNGELES DEL APOCALIPSIS...VIENEN EN CAMINO...
Y POR TANTO....¡¡¡CRISTO YA VIENE!!!
ALEGRAOS, MANTENEOS FIRMES EN LA FE...¡CRISTO SE ACERCA!
LA BATALLA DEFINITIVA ENTRE EL BIEN Y EL MAL, ESTÁ POR COMENZAR.
MARANATHA. ¡VEN SEÑOR JESÚS!
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