Desde Herencia e Identidad:
Lo que más personas mata es el aborto: Datos sobre el aborto legal
in
Lo que más personas mata no es la guerra. Lo que más personas mata es
el aborto. Durante las nueve guerras ocurridas en los Estados Unidos
desde 1775 hasta el presente, murieron 667,286 americanos en los campos
de batalla. Solamente en un año, el de 1972, 600,000 bebés
norteamericanos murieron por el aborto. Esto es más de un asesinato cada
minuto durante cada uno de los 525,600 minutos que tiene un año.
En la guerra el cuerpo médico salva vidas. Cuando se trata del
aborto, la profesión médica mata. Los bebés abortados no son
condecorados con medallas ni se conmemora un día de duelo nacional por
ellos. A los bebés se les desmiembra cortándolos en pedazos, o se les
quema vivos en una solución salina; no se les da anestesia. ¡Sufren una
muerte horriblemente dolorosa!
De los 1.6 millones de abortos quirúrgicos que se practican al año en
los Estados Unidos, sólo un 1% se llevan a cabo por violación o incesto
y sólo un 7% se atribuye a peligros REALES para la salud física de la
madre. El 92% restante se realiza por razones sociales, económicas o
personales, todas ellas amparadas por la definición de “salud” del
Tribunal Supremo.
La mayoría de mujeres que abortan NO son pobres. Los estudios del
Instituto Guttmacher muestran que las familias de más de la mitad de las
mujeres que abortan ganan más de $30,000 al año, refutando así el mito
de que en los Estados Unidos la mayoría de las mujeres abortan porque
son pobres.
Tal vez no hay ningún otro asunto entre las normas públicas que
genere tanta información errónea ni tantas medias verdades como el
aborto. Los datos verdaderos se ignoran o se pasan por alto. Pero cuando
esos datos se conocen y nos damos cuenta del alcance mundial de este
asunto, es evidente que los que proponen el derecho a elegir el aborto
promueven que se elija algo que no es natural, ni para el individuo, ni
para la sociedad.
Cada año hay 1,600,000 abortos en los Estados Unidos. ¡Un verdadero
holocausto! Tres de cada cuatro mujeres que abortan dicen que un hijo
interferiría con el trabajo, la escuela u otras responsabilidades. Un
45% de las jóvenes menores de edad que se practican abortos lo hacen sin
el consentimiento de sus padres. Ahora los centros de salud deben
proporcionar ayuda psicológica a las mujeres que sufren del síndrome
post-aborto.
Cada año solo hay 50,000 niños disponibles aunque hay cientos de
miles de estadounidenses que quieren adoptar. Las adopciones de niños
extranjeros por parte de ciudadanos norteamericanos han ido en aumento
constantemente. El número anual de niños asesinados por el aborto en los
Estados Unidos reduce substancialmente el número de niños disponibles
para las adopciones.
En los Estados Unidos se han practicado más de un millón y medio de
abortos al año desde 1973, año en que el Tribunal Supremo legalizó el
aborto en los 50 estados. Entre los países desarrollados los Estados
Unidos tienen uno de los promedios más altos de abortos porque tienen
una de las leyes más liberales sobre aborto en todo el mundo. Sólo la
China comunista se compara a los Estados Unidos en su apoyo legal de
llevar a cabo abortos en cualquier momento del embarazo y por casi
cualquier motivo.
Hasta la década de 1970, cuando grupos con intereses particulares
hicieron del “derecho” al aborto parte de sus agendas políticas, los
médicos, los grupos defensores de los derechos humanos e incluso las
agencias a favor del control de la natalidad, tradicionalmente aceptaban
que la vida humana empieza en el momento de la concepción.
El juramento griego Hipocrático ha sido por miles de años la norma de
la ética médica de Occidente y lo juraban los doctores cuando se
graduaban de médicos. Dice así: “No daré a nadie una droga nociva si me
la pide, ni daré sugerencia alguna sobre esto. De igual manera no daré a
ninguna mujer un remedio abortivo”. Esta última oración ha sido
removida de las ceremonias en la mayoría de las escuelas de medicina.
Durante 125 años, la Asociación Médica Americana sostuvo una posición
contra el aborto, declarando en 1859 que “el aborto es una destrucción
innecesaria de la vida humana”. En 1871, la AMA denunció a doctores que
hacían abortos como “traidores a sus profesiones, traidores a sus
principios, traidores a su honor, traidores a la humanidad y traidores a
Dios”. Pero en 1989 la misma AMA llamó al aborto un “derecho
fundamental” que debe decidirse “libre de la interferencia del estado”.
La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño,
adoptada por la Asamblea General en 1959, establece que un niño
“necesita protección y cuidados especiales, incluyendo protección legal
apropiada antes y después de nacer”. Esto fue reafirmado en la
Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño en 1990.
En 1963 Paternidad Planificada (Planned Parenthood) insistió en que
la campaña de dicha organización para el control de la natalidad no
apoyaba el aborto, diciendo que “un aborto destruye la vida de un bebé
después que ésta ha empezado”. La Asociación Médica de California en
1970 declaró que el aborto es una “matanza” y se refirió al “hecho
científico, que todo el mundo conoce, que la vida humana empieza con la
concepción y continúa, ya sea dentro o fuera del vientre, hasta la
muerte”.
En 1970, las abogadas recién graduadas de la Facultad de Leyes de la
Universidad de Texas, Linda Coffee y Sarah Weddington, presentaron una
demanda en Texas representando a Norma L. McCorvey en lo que se conoció
como le caso Roe contra Wade. Sostenían que el embarazo de McCorvey
había sido producto de una violación. El Fiscal de distrito del Condado
de Dallas, Texas, Henry Wade, representaba al Estado de Texas, que se
oponía al aborto.
El Tribunal del distrito sentenció, por fallo dividido, a favor de
McCorvey. La decisión obligó a modificar todas las leyes federales y
estatales que proscribían o que restringían el aborto y que eran
contrarias con la nueva decisión. Esta decisión de la Corte fue
interpretada como la despenalización del aborto para los 50 estados de
la Unión.
Norma McCorvey dio a luz a su hija mientras el caso aún no se había
decidido. La bebé fue dada en adopción. En 1995 se arrepintió de su
actuación y reconoció que parte de su declaración en el juicio no fue
verdadera. McCorvey alega que se convirtió en un peón de dos ambiciosas y
jóvenes abogadas. En 2005 pidió a la Corte Suprema que revisara el
fallo de 1973, argumentando que el caso debería ser modoficado debido a
las nuevas evidencias sobre los daños que el procedimiento del aborto
ocasiona a las mujeres. La petición fue denegada.
En 1987, McCorvey admitió que en realidad no había sido violada por
pandilleros, tal como sostuvo durante la substanciación del caso. Sarah
Weddington, la abogada que litigó el caso, explicó en un discurso en el
Instituto de Ética de la Educación, en Oklahoma, por qué utilizó los
falsos cargos de violación, hasta llegar al Tribunal Supremo: “Mi
conducta pudo no haber sido totalmente ética. Pero lo hice por lo que
pensé fueron buenas razones”.
El judío Hugh Hefner, fundador de Playboy, reconoció su
financiamiento en el juicio: “Probablemente Playboy estuvo más
involucrada en Roe contra Wade que cualquier otra compañía. Nosotros
aportamos los fondos para esos primeros casos”. El 22 de enero de 1973,
el mismo día en que se dictaminó la sentencia del famoso caso Roe contra
Wade, también se hizo publica la decisión de la Corte Suprema de los
Estados Unidos que anuló la ley contraria al aborto en el estado de
Georgia.
La decisión de la Corte Suprema estableció que una mujer puede
practicar un aborto en cualquier momento del embarazo si ello es
necesario para proteger su salud. El Tribunal redefinió ambiguamente la
salud como: “todos los factores físicos, emocionales, psicológicos,
familiares, así como la edad de la madre, relevantes para el bienestar
de la paciente” sin precisar a que se refería con “bienestar” por lo que
literalmente cualquier cosa podría entenderse como malestar para la
gestante.
La demandante, una mujer embarazada que adoptó el pseudónimo de “Mary
Doe” para proteger su identidad, demandó al fiscal general de Georgia,
Arthur K. Bolton, por aplicar la ley contra el aborto. La demandante
anónima fue posteriormente identificada como Sandra Cano, una mujer de
22 años, madre de tres hijos, embarazada de nueve semanas en el momento
de la demanda. Cano explica que su abogada, Margie Pitts Hames, la
engañó para poner la demanda.
Las encuestas muestran constantemente que la gran mayoría de los
estadounidenses limitaría el acceso legal al aborto a los llamados
“casos difíciles” (violación, incesto o para proteger la vida de la
madre). Esta posición suprimiría, en efecto, casi el 98% de los abortos
que se realizan ahora. Según una encuesta nacional en los Estados Unidos
los abortos se realizan con mucha más frecuencia y por razones menos
graves de lo que la mayoría de los estadounidenses conocen.
La mayoría de los estadounidenses sobreestiman el número total de
abortos realizados en “casos difíciles”. Por lo general, ellos estiman
que 20 de 100 abortos se hacen por causa de una violación o incesto pero
la verdad es que es uno de cada 100. Los estadounidenses también creen
que aproximadamente 17 de cada 100 abortos se practican porque peligra
la vida de la madre; pero la realidad es que menos de uno por cada 100
abortos se lleva a cabo porque peligra la vida de la madre y no más de 7
por cada 100 por la categoría más amplia de “problemas de salud”.
Tome unos minutos para pensar sobre estos datos. Cuando la elección
es entre la vida o la muerte, hay algo más de por medio que “el derecho a
decidir”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario