Ritual cabalista de sangre 11-S: La increíblemente buena suerte de 4 mil hebreos que laboraban en el WTC, menos uno…
septiembre 11, 2013

Los sacrificios de sangre son dirigidos contra católicos
No es
casualidad o una increíble buena suerte, que de los 4 mil hebreos que
laboraban en el World Trade Center, prácticamente no hubo víctimas, sólo
uno de los 4 mil. Así lo denunció el investigador Dr. David Duke y
varios periodistas y analistas, incluido el sentido común del hombre que
lee y se entera de la verdad.
En cambio,
la mayoría de los bomberos y policías que fueron enviados a salvar
inocentes y que fallecieron traicionados por la demolición controlada de
los edificios, eran católicos; irlandeses, italianos, alemanes, polacos
y latinos.
Ese ritual
de sangre coincide con otros ya explicados como el de Hiroshima y
Nagasaki, las dos pequeñas ciudades con más católicos de todo el Japón y
donde se escogió el sitio con la colaboración del jesuita hebreo Pedro
Arrupe (superior en Nagasaki de donde casualmente se había ausentado el 8
de agosto de 1945) a quien luego se premió con el generalato de la
Orden. Igualmente sucedió con las carnicerías bilaterales provocadas en
las guerras de Vietnam y Corea, los dos países con más católicos en
extremo oriente que fueron el deliberado y prolongado teatro de guerra
entre soviéticos y americanos, pero en ambos casos con miles de
católicos como carne de cañón.
Ni qué
decir de los progromos de los países de Europa oriental, donde las
bandas isarelitas rojas se cebaron en la masacre de civiles, militares y
sacerdotes católicos, como en la recién descubierta matanza de Katyn
(Polonia) por los comisarios hebreos; en las ceremonias de sangre en el
estadio de Praga durante la ocupación bolchevique, también dirigida por
los comisarios cabalistas; la exterminación de los obispos y sacerdotes
católicos en todos los países bajo la aplanadora israelita y en la cual
colaboró Batista Montini Alghisi quien reveló al Kremlin la lista de
clérigos que actuaban en secreto, el famoso caso de Alighiero Tondi,
secretario privado de Pablo VI.
El 11 S, previsto y supervisado por el Mossad

Tres de los cinco “hebreos danzarines”…
Una mujer
de nombre María (no se reveló su apellido) avisó a la policía sobre un
comportamiento anormal de tres hombres en Liberty Park en New Jersey
después de un par de minutos del primer choque del avión contra la Torre
Norte del WTC. Esos tres hombres tomaban sus fotos con fondo de la
torre en llamas haciendo gestos de alegría, saltando de júbilo,
bailando, cantando en un idioma oriental y subiendo arriba de la
camioneta blanca para mejorar la toma de los fotos. “Me parecían muy
felices. Para mí ellos no estaban choqueados”.
Todo eso se le parecía a María muy sospechoso. Aparte ellos tenían rasgos de medio oriente, pero eran rubios.
La policía
localizó la camioneta. Dentro de camioneta había cinco hombres de entre
22 y 27 años de edad. Eran de medio oriente. Se llamaban: Sivan Kurzberg, Paul Kurzberg, Yaron Shmuel, Oded Ellner y Omer Maramri.
Todos eran
ciudadanos de Israel. Primero dijeron ser pintores de brocha gorda,
pero uno de ellos tenía en una media escondidos 4,700 dólares, otro
tenía 2 pasaportes. Fueron arrestados por la policía.
En los medios apareció la noticia de que la camioneta estaba registrada por una empresa Urban Moving System,
reconocida por FBI como una de las ramas de Mossad (ABCNews) y por los
menos dos hombres vinculados con la inteligencia israelí (“según The
Forward” -diario judío en NY-). La versión oficial dijo que ellos tenían
la función de infiltrar a Hamas y la Jihad islámica.
Los hebreos, avisados y prevenidos, de 4 mil sólo uno murió

Carl Cameron lo investigó y publicó, pero sólo una vez
The Jerusalem Post, el 12 de septiembre de 2001 escribió:“Miles de israelíes desaparecidos cerca del WTC y el Pentágono. El Ministerio de Asuntos Exteriores en Jerusalén ha recibido hasta ahora los nombres de 4.000 israelíes que podrían haber estado en el área del World Trade Center y el Pentágono en el momento del ataque”.
Sin
embargo, cuando George W. Bush pronunció su discurso ante el Congreso el
pasado 20 de septiembre afirmó que además de varios miles de
norteamericanos, 130 israelíes habían fallecido en el WTC. La
implicación lógica de esta afirmación era que Israel compartía en alguna
medida el sufrimiento de los norteamericanos. No obstante, la cifra
dada por Bush parecía excesivamente baja. Si había 4.000 israelíes en el
WTC y la cifra de muertos era de 130, era difícil de explicar esta tasa
tan baja de mortalidad.
La sorpresa llegó con un artículo de The New York Times publicado el 22 de septiembre y titulado “Officials say Number of Those Still Missing May be Overstated“
(Los responsables dicen que el número de los todavía desaparecidos
puede haber sido exagerada). El artículo se refería a este tema de la
cifra de israelíes muertos en el WTC. Resultó que 129 de los 130
israelíes a los que Bush había “declarado” muertos estaban todavía
vivos. En realidad, había fallecido un solo israelí en el WTC. El artículo decía concretamente:
“… el presidente Bush en su alocución al país el pasado jueves por la noche dijo que 130 israelíes habían muerto en los ataques. Sin embargo, el viernes (21 de septiembre) el cónsul general israelí, Alon Pinkas, dijo que las listas de los desaparecidos incluían informes de personas que habían llamado porque, por ejemplo, sus parientes en Nueva York no habían devuelto sus llamadas de teléfono efectuadas desde Israel. Había, de hecho, sólo tres israelíes cuya muerte hubiera sido confirmada: dos en los aviones y otro que estaba visitando el WTC por motivo de negocios y que fue identificado y enterrado”.

Solamente tres hebreos murieron, uno en las torres
Muchos
analistas (y el sentido común) sugieren que la baja tasa de mortandad
indicada por Bush (130) indicaba que muchos israelíes que trabajaban en
el WTC habían sido advertidos antes del ataque. Cuando la tasa de
muertos se redujo a sólo un israelí, esta hipótesis se convirtió en una
certeza absoluta.
Un solo muerto entre 4.000 es una imposibilidad estadística. Incluso si el Ministerio de Exteriores israelí y The Jerusalem Post
hubieran calculado muy por encima el número de israelíes que trabajaban
o se encontraban en el WTC y la cifra más correcta fuera de sólo 1.000,
esto no cambia nada. Aun si sólo unos pocos centenares de israelíes
hubieran estado trabajando en el lugar en el momento del ataque, el
hecho de que se produjera un solo fallecimiento sería algo
estadísticamente absurdo. Las únicas posibilidades lógicas son que en el
11 de septiembre tuviera lugar una gran fiesta judía (cosa que no
ocurrió), o que muchos israelíes recibieran una advertencia previa de
que se iban a producir los atentados.
La advertencia a los israelíes
La realidad es que sí se ha demostrado que existió una advertencia previa a los israelíes con anterioridad a los ataques.
Newsbytes, un servicio de noticias del diario The Washington Post, publicó el pasado 27 de junio del 2011 un reportaje de Brian McWilliams titulado: “Instant Messages To Israel Warned of WTC Attack” (Mensajes instantáneos a Israel advirtieron del ataque contra el WTC).
Esto fue confirmado también el 28 de junio del 2011 por el periódico israelí Haaretz que publicó un artículo firmado por Yuval Dror titulado: “Odigo Says Workers Were Warned of Attack“ (Odigo dice que los trabajadores fueron advertidos del ataque).
“Odigo afirma que los trabajadores (hebreos) fueron advertidos del ataque”
Este reportaje, además de mencionar la advertencia previa a Israel, señalaba que el FBI la estaba investigando. Ambos artículos afirmaban que una empresa israelí especializada en el envío de mensajes instantáneos, Odigo, con oficinas en el WTC de Nueva York y en Israel, recibió una serie de advertencias dos horas antes de los atentados. Concretamente, el artículo de The Washington Post decía así:
“Mensajes Instantáneos a Israel advirtieron del ataque contra el WTC. Los responsables de la firma de mensajes instantáneos Odigo confirmaron hoy que dos empleados recibieron dos mensajes de texto advirtiendo de un ataque contra el WTC dos horas antes de que los terroristas estrellaran los aparatos contra las torres de Nueva York. Además, Alex Diamandis, vicepresidente de ventas y marketing, confirmó que los trabajadores de la oficina de investigación, desarrollo y ventas internacionales de Israel recibieron otra advertencia de un usuario de Odigo aproximadamente dos horas antes del primer ataque”.
2 comentarios:
Filhos da puta mentirosos, vão tomar no cú.................mentirosos..............filhos da puta...........duke é antisemita e mentiroso membro DA KKK............racistas doentes
Vocé vai pra merda, mentiroso é vocé, basura semita.
Antiracismo é palabra em clave pra anti-blanco.
PS: No estoy de acuerdo con el KKK, por su teología, pero Duke sí dice la verdad.
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