Desde Ecce Christianus:
LA ACTUALIDAD DE LA “MARCA DE LA BESTIA”. AUGUSTO TORCHSON
21 de abril de 2015

Si Castellani señalaba como imposición democrática el: “hazte libre o te mato”, este Nuevo Orden Mundial va más allá al imponer el: “sé feliz o te mato”. El problema es que la felicidadque inculca “el Sistema”
es una felicidad desprovista absolutamente de espiritualidad, una
felicidad carnal, una felicidad en los excesos, que se considera una
muestra acabada de nuestra humanidad, cuando en realidad no es otra cosa
que la exaltación de la animalidad. Una felicidad que requiere
constantemente de innovaciones para no llegar al hastío llevándonos a la
morbosidad pornográfica. Una felicidad que requiere no tener límites.
Felicidad que no promueve virtudes sino que busca igualarnos en nuestra
bestialidad. Felicidad vacua, sacrílega e impía. Felicidad que hasta la
misma alta jerarquía eclesiástica pretende que sólo puede darse en
nuestra humana condición de pecadores; no la que trata de salir de esa
condición, sino la que busca justificarla, entenderla y acogerla sin
buscar que cambie ni mejore para que no se considere “soberbia”, lo que
en realidad es búsqueda de la virtud. (También ver aquí).
Y esta imposición de la alegría y jolgorio exterior que hasta se
propone como “encuentro con Cristo”, no se realiza a través de Su
búsqueda, sino a través de la búsqueda del hermano, en una ridícula
inversión antropocentrista; búsqueda del hermano al que no se pretende
corregir de sus faltas ni pecados, al que no se pretende evangelizar,
del que no se pretende sacar de su error sino al que se pretende “encontrar”en lo que se denomina sacrílegamente “cultura del encuentro”
como si esto fuera una propuesta evangélica. Esta es una búsqueda
consistente en igualarnos en el pecado, en la vulgaridad en nombre de
nuestra humanidad, en la felicidad en nuestras bajezas, en nuestras vergüenzas, en el“sentirnos hijos de dios”
por más que lo ofendamos espantosamente y no tengamos ningún propósito
de enmienda. Esta igualdad en nombre de la fraternidad humana, está
fundada en una fraternidad desprovista de filiación divina, fraternidad
del hombre endiosado, deísta; Liberté, égalité , fraternité. Libertad,
igualdad y fraternidad masónicas. En la sustitución de la Iglesia de
Dios, por la “iglesia del “hombre”.
Y hoy estamos viviendo la marca de la Bestia; marca que con el tiempo
se va a ir haciendo más y más opresiva hasta llegar en los tiempos del
Anticristo (de próxima aparición), en los cuales no podamos comprar ni
vender sin tener dicha marca.
Pero ya padecemos el no aceptar la marca quienes no rechazamos las
propuestas judeo-masónicas de la neo-iglesia. Nuestros antiguos amigos
se alejan y nos consideran inmisericordes cismáticos, sin dar lugar a la
misericordia sin límites ni justicia que promueven hasta para los más
acérrimos enemigos de Dios en su condición de tales, es decir, aunque no
tengan intención de cambiar y hasta se jacten de su condición de
anticrísticos.
Y quienes no aceptamos apoyar a algún corrupto político (no se de la
existencia de alguno de otro tipo), a cambio de las prebendas que puedan
ofrecer, ya sea a comprando nuestro voto o colaborando en la promoción
de sus candidaturas o de sus delictivas gestiones; tampoco podemos
conseguir trabajo y hasta en la actividad privada se van cercenando las
posibilidades de actuar.
Lamentablemente esto dejó de pertenecer al ámbito profético, para
convertirse en una realidad, y día tras día la situación se va haciendo
más opresiva hasta conducirnos al martirial ostracismo.
Es claro que el trabajo de la plutocracia gobernante en el mundo se
dirige a la revolución cultural, al cambio de mentalidad para lograr que
se acepte lo malo como bueno para poder vivir plenamente esas felicidades, libertades y fraternidades
que nos proponen, pero que en realidad no van a llevarnos más que a la
más atroz de las desesperanzas, esclavitudes y odios entre los hombres.

Jordán Bruno Genta decía que admiraba al hombre que sea capaz de ir a
prisión por defender la verdad, y dio testimonio con su vida de dicha
convicción. Y nosotros estamos llamados a ser como Natanael, a no tener
doblez, y así resistirnos a ser un trofeo de Satanás, quien como padre
de la mentira, nos quiere hacer creer que no existe la virtud heroica,
que el libro de Job fue sólo una metáfora ejemplificativa de una
perseverancia humanamente inalcanzable.
Como Natanael, busquemos ser lo más coherentes posibles con nuestra fe, recordemos que: “Corruptio optimi, pessima”, la corrupción de lo mejor es lo peor.
Buscando la asistencia de la gracia para lograr la perseverancia final, no dudemos en creer que “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, pero tengamos en cuenta, que el hombre pierde su peor batalla, cuando hace concesiones consigo mismo.
Augusto TorchSon
Tomado de aquí:
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