Desde Eladio Fernández:
“Los Rothschild dan un golpe de estado en toda Europa. El BCE toma el control de la banca”.
–
Desde su control de la City de Francfort, la City de Londres, el NYSE
y el Banco de Pagos de Basilea de su propiedad, y su accionariado opaco
en todos los bancos incautados, los Rothschild dan un golpe de estado.
Ninguna manera mejor de hacerlo que incautando todas las finanzas de
todos los bancos europeos además de las que ya eran de sus sociedades
opacas, de capitales de riesgo y de paraísos fiscales que han quedado
después de las fusiones y de los test de estrés recientes.
Ahora los Rothschild por primera vez en la historia gobiernan todos los gobiernos y finanzas a cara descubierta.
De hecho ya lo hacían, pero este control definitivo de los
principales bancos que han pasado el último test de estrés significa ni
más ni menos que controlarán todas las economías directamente sin tener
que contar con sus títeres y prostitutos funcionarios, jueces y
periodistas.
El Banco Mundial de Desarrollo de los bricks preocupa demasiado a los
Rothschild. No pueden hacer frente a China que ha tomado el control
financiero mundial ante la caída del petrodólar que ya no paga el petróleo, y la caída del precio de las materias primas
que serían la verdadera fuente de prosperidad de Europa pero de la otra
parte: la caída de beneficios y control de los Rothschild de Europa.
La UE fue creada por encargo de la Banca Rothschild France a su ex
presidente Valéry Giscard D´Estaign cuando se convirtió en Presidente de
la República de Francia.
El mismo día que nació Obama el 4 de agosto de 1961, Inglaterra firmó su entrada en la UE. La misma Inglaterra
que ahora se va a retirar de la UE junto con sus depósitos y los de los
EEUU en los principales bancos europeos que van a retirar a Irlanda.
Depósitos antes de que los apaños de los Rothschild de lavar el exceso
de dólares de todas las economías menos de la norteamericana en Hong
Kong finalicen.
Inglaterra y EEUU se han llevado ya su dinero a Irlanda y EEUU desde 2011 antes de salirse de la UE,
y los Rothschild aunque están asociados del todo a Inglaterra tienen
intereses en todos y cada uno de los países restantes de la UE que se
quedan huérfanos de sus bancos al ser intervenidos por la familia
sionista occidental.
La Reserva Federal se prepara para el colapso de la bolsa y del cash
bancario en los EEUU, mientras los Rothschild hacen lo propio en la UE
asegurando únicamente los depósitos en un 5% después de la útlima
comprobación del test de estrés.
Con esta medida esperan controlar la demanda de cash en ventanilla si
en un país se diera el caso de la demanda de capitales por el pánico
que también han fomentado con las secesiones, la corrupción que han
instalado para hacerse
con todas las empresas privadas y la privatización de las públicas para
tomar eficientemente el control de toda la productividad.
De esta forma esperan contrarrestar el efecto tsunami de la caída
inminente de la bolsas, y la fuerza de yuan chino y el rublo ruso
basados en oro que arrasarán con un dólar y euro fiduciarios y sin
auditar que solo son papel mojado.
Ahora más que nunca corren peligro las reservas de oro de los bancos centrales europeos que los Rothschild van a tomar para administrar la ofensiva al tsumani que ya está aquí.
George Soros anima a toda Europa a la guerra contra Rusia
porque saben que la guerra es lo único que puede esconder la ruina de
la Reserva Federal y el FMI. Y después de la destrucción volver a
aquello de la construcción, su gran negocio y única idea financiera
además del expolio y genocidio de las guerras que esperan llevar a cabo.
Aún queda pendiente saber quien ha sido el autor de los 14
“suicidados” de toda la banca mundial; pero habiendo sido el último en
Frankfurt en dónde los Rothschild acaban de dar su golpe de estado
europeo financiero, es de suponerlo el haberse quitado obstáculos que
quizás no quisieron participar en la operación que ya tenían preparada
desde el nombramiento de su corceles Jeroen Dijsselbloem y Mario Draghi.
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MIENTRAS TANTO AQUÍ EN URUGUAY, EL GRUPO RADAR SE PREOCUPA POR LOS "POBRECITOS" JUDÍOS. ¡AY, AY, AY! ¡POBRES JUDÍOS TAAAAAAN INOCENTES! (????)
SOCIEDAD
Hay más rechazo a los judíos entre los mayores de 65 años y los
jóvenes discriminan menos a todas las minorías, añade la investigación.
03 MAY 2015 - 21:12 SUBRAYADO.
Algunos comentarios buenos de allí:
Desde Montevideo Portal:
Sobre las encuestas y el antisemitismo en Uruguay
La culpa es nuestra
El director de Grupo Radar, Alain Mizrahi, aseguró que no se puede concluir que uno de cada cinco uruguayos sea antisemita, como se dedujo en base a una encuesta de su empresa.

Foto de archivo: Santiago Mazzarovich/AdHoc Fotos
El Grupo Radar realizó una encuesta en
febrero sobre racismo en Uruguay. Los resultados del sondeo, que fueron
publicados el fin de semana del diario El País, permitían concluir que
la minoridad judía era la más discriminada entre otros colectivos. Por
ejemplo, chinos, peruanos, negros, armenios y españoles. Ante la
pregunta: "¿Le molestaría mucho, algo o nada que un integrante de los
siguientes grupos formara parte de su familia?". Un 8% confesó que le
"molestaría mucho" tener a un judío en su familia y un 11% respondió que
le "molestaría algo". En el caso de los peruanos, los porcentajes
respectivos fueron 6 y 9%, los chinos 7 y 8 %, armenios 5 y 9 %, negros 4
y 7 %, españoles 2 y 3 %.
En base a estos datos, el artículo aseguraba en base a fuentes de la
colectividad judía que uno de cada cinco uruguayos es antisemita. La
encuesta también indagaba en edad, sexo, partido político y nivel
socioeconómico de quienes decidían rechazar a estos grupos. Había más
discriminación entre mayores de 65 años, votantes de partidos
tradicionales, nivel socioeconómico bajo y gente que vive en el
interior.
Sin embargo, el director de Grupo Radar, Alain Mizrahi, escribió una
nota aclaratoria tras leer el artículo, en el que hizo algunas
precisiones sobre antisemitismo en el país. La aclaración fue publicada
por el sitio de la colectividad judía, www.jai.com.uy.
"El título de la nota - ‘uno de cada cinco uruguayos es antisemita' -
no corresponde al resultado de la investigación de Grupo RADAR: que uno
de cada cinco uruguayos afirme que le molestaría mucho o algo que haya
un judío en su familia no significa lo mismo que decir que el 20% de los
uruguayos es antisemita. Hay un matiz importante", aclaró Mizrahi, que
se quejó además de la caricatura que ilustraba la nota -en la que
aparecía un judío ortodoxo- y con que se lo haya presentado como "el
judío Alain Mizrahi".
"Los uruguayos discriminamos. A lo que venga. Los judíos son, según
la encuesta de Radar, los más discriminados (o mejor dicho los
discriminados por más personas), pero el porcentaje de la población que
discrimina al menos alguno de los colectivos analizados es notoriamente
más alto y alarmante. Y también discriminamos a las mujeres, a los
homosexuales, al bolso, al manya, al discapacitado, al obeso, al
plancha, al cheto, al tatuado, al coreano del Buceo, al blanco, al
colorado, al frenteamplista, al esquizofrénico y al pastabasero. Y eso
es lo que más debería preocuparnos como sociedad, mucho más que,
puntualmente, la discriminación hacia los judíos", explicó el director
de Radar.
"Los uruguayos discriminamos por desconocimiento del ‘otro'. Y aquí
seguramente quepa un mea culpa que hago como judío: ¿qué es lo que hice
y/o lo que no hice para que se me perciba como tan diferente de
cualquier uruguayo? ¿Qué cuota de responsabilidad me cabe a mí en que
alguien me pregunte con asombro si voto en Uruguay, como si tuviera
totalmente asumido que todos los judíos son nacidos en alguna tierra
lejana y extraña? ¿Cómo puedo pretender que Juan Pueblo entienda que hay
judíos laicos? ¿O que no todos los judíos estamos de acuerdo con la
política de Benjamín Netanyahu? ¿O que judío, sionista e israelí no son
sinónimos? Y sobre todo que los uruguayos judíos somos eso, uruguayos y
judíos, y nos sentimos muy cómodos con ambas identidades y no somos
‘mitad judíos y mitad uruguayos'", agregó.
"Lo que cambió entre antes y después de la guerra de 2014 entre
Israel y el Hamás no fue un aumento de la judeofobia en Uruguay. Lo que
cambió fue que ahora pasó a ser socialmente aceptado manifestar
públicamente el odio visceral hacia los judíos. Hoy cualquiera puede
escribir en Facebook que los judíos somos la escoria de la humanidad y
que ‘hay que hacerlos jabón', en clara alusión (porque seguramente
muchos lectores no judíos no lo saben) al sebo que hacían en los campos
de exterminio nazis con la grasa de los cadáveres; y puede postearlo con
nombre, apellido y foto de perfil con su familia, y a nadie se le
ocurre - ¡hasta ahora! - denunciarlo penalmente. Y esto es gravísimo. La
historia está llena de ejemplos de cómo suele terminar eso", opinó
Mizrahi.
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Opina Don Silvio:
Este judío, pese a matizar el resultado de su propia encuesta, no deja de VICTIMIZARSE (y victimizar a su pueblo) y demuestra su implícito TOTALITARISMO censor. Según él, con la excusa de la ideología de la "no-discriminación", se debería denunciar penalmente a aquellas personas que OPINAN DISTINTO a los puntos de vista de los judíos (o de la mayoría de los judíos).
Analicemos bien la última parte de su artículo, que es la parte más errónea y mentirosa. En primer lugar, nosotros los católicos NO creemos que existió ningún holocausto judío, por varios motivos, comenzando por una cuestión de religión, ya que el único verdadero Holocausto fue el de N.S. Jesucristo crucificado por los JUDÍOS DEICIDAS; y en segundo lugar, por el hecho histórico de que NO existió en verdad ningún genocidio en contra de los judíos perpetrado por los alemanes. Duke, Irving, Zündel, Leuchter, Borrego, Bochaca y tantos otros historiadores revisionistas, han demostrado fehacientemente la gran FARSA del holocausto judío.
Pero es más, me cuesta creer que en pleno siglo XXI, todavía haya gentuza como este Mizrahi que mienta de forma tan descarada sobre el mito de los "jabones hechos de judíos"; un mito, que lo inventaron los enemigos y detractores de los alemanes, no en la Segunda Guerra Mundial, sino en la Primera Guerra Mundial. ¡Obviamente que los alemanes nunca jamás hicieron (ni se les pasaría por la cabeza) hacer jabones con judíos!
Es que aparte es una idiotez tan grande esa afirmación, que nadie con dos dedos de frente podría creérsela. ¿Cómo iban los alemanes a hacer jabones para lavarse las manos y bañarse con la grase de las personas que más odiaban??? ¿En qué mente retorcida, sino en la de un JUDÍO puede ocurrírsela tal idiotez supina? ¡La verdad que Mizrahi!, por favor, si va a seguirle mintiéndole a la gente con esa farsa del "holocausto", al menos tenga la decencia de inventarse un cuento menos idiota, porque eso ya no se lo cree nadie (o hay que ser muy pero muy tarado, para creerse esa mentira). ¡Jabones hechos con gente!, jajajajjajajajajajjajajajaaaaaa...¿Dónde se vio? ¡Por favor!
NO existieron "campos de exterminios nazis"; lo que existieron fueron campos de concentración (y nada que ver con los terribles campos que habían en la Unión Soviética, China, Corea del Norte, Cuba, en fin, de esos, que nadie se acuerda).
Y finalmente, voy a comentar sobre lo que me parece más grave sobre lo que dice Mizrahi, pues yo le reconozco a él su derecho de pensar lo que quiera y opinar lo que él quiera, pero él no tiene derecho a cohartarle la LIBERTAD DE OPINIÓN Y EXPRESIÓN DE LOS DEMÁS.
A ver Mizrahi, Facebook es una empresa judía, pero el propio Mark Zuckemberg alega defender la libertad de expresión y por eso es que él permite en Facebook que las personas opinen lo que quieran sobre los judíos. Por eso, es que a nadie se le ocurre PERSEGUIR JUDICIALMENTE a personas sólo porque tienen una opinión negativa hacia los judíos.
Acá no estamos en la Unión Soviética, señor Mizrahi, este es un país LIBRE (más o menos, en realidad, por eso estamos luchando...), ¡déjese de joder con su TOTALITARISMO! Si no le gusta lo que el pueblo uruguayo opina sobre su pueblo DEICIDA Y USURERO, váyase a otro lugar y no pretenda venirnos a IMPONER sus opiniones. Yo opino lo que se me antoja y expreso lo que quiero, siempre y cuando no violente a nadie. Así que lo que me parece REALMENTE GRAVE son las expresiones totalitarias del señor Mizrahi. Y sí, la historia está llena de ejemplos, de cómo terminan los totalitarismos, como el que propone el señor Mizrahi. ¡Déjese de joder, judío mentiroso!
Por último, no se la voy a dejar gratis al mentiroso Mizrahi; aquí la Metapedia resume las pruebas en contra de la farsa del "holocausto"; ¿podrá Mizrahi refutarlas o sólo continuará amenazando con denunciar penalmente a aquellos que se oponen a sus mentiras?:Revisionismo del Holocausto
“ | Toda verdad atraviesa tres fases. Primero es ridiculizada. Después recibe una violenta oposición. Finalmente es aceptada como hecho evidente. | ” |

Harry Elmer Barnes historiador por la Universidad de Columbia fue uno de los pioneros del revisionismo del Holocausto en Estados Unidos.
La negación del Holocausto es a menudo la conclusión natural de la mayoría de los estudios revisionistas, al incluir nuevas pruebas forenses, análisis científicos y evidencia documental no disponible hace 60 años. Sin embargo, esta negación sólo comprende aspectos puntuales, como por ejemplo la existencia de cámaras de gas homicidas o la cifra de seis millones de víctimas judías. No niega la persecución de los judíos y otras minorías, el establecimiento de campos de concentración para grupos considerados como un riesgo para el Estado en guerra ni otros acontecimientos de la historia oficial.
Posturas y cuestionamientos

El historiador estadounidense Mark Weber es otro gran difusor del revisionismo del Holocausto como director del Institute for Historical Review.
1. La que cuestiona o niega explícitamente el supuesto asesinato en masa del pueblo judío y otras minorías bajo el Tercer Reich, hechos que habrían sucedido entre 1941 y 1945, mismos que no resisten un análisis histórico. La mayoría de los revisionistas defiende esta postura.
Los puntos generales de esta corriente consisten en la duda o el rechazo de que:
- El régimen nacionalsocialista tuviese un plan deliberado de exterminar a los judíos o a otros grupos.
- Existiesen dispositivos funcionales para el exterminio masivo, tales como las cámaras de gas.
- Hubiesen muerto más de 800.000 personas en los campos de concentración, de entre las cuales aproximadamente 300.000 serían judíos.
2. La que no cuestiona o niega explícitamente el Holocausto (genocidio), ni las cámaras de gas. Esta postura puede clasificarse como un punto intermedio entre el exterminismo y el revisionismo. Dentro de esta postura destacan:
- La que considera la existencia del Holocausto como punto de partida obligado para cualquier investigación sobre el particular y sólo cuestiona hechos secundarios como el número de las presuntas víctimas o el presunto grado de responsabilidad de los servicios de inteligencia aliados, del Vaticano y de la Cruz Roja, instituciones de las cuales se dice que pudieron denunciar o incluso evitar el genocidio, pero supuestamente lo callaron, cometiendo alguna especie de complicidad. Este silencio puede explicarse sencillamente porque durante la guerra nadie se comportaba como si dicho genocidio estuviese ocurriendo, lo que sugiere que, o bien ignoraban de su existencia, o simplemente no estaba ocurriendo.
- La que sostiene que el Holocausto, sea verdad o no, ha sido explotado políticamente en beneficio financiero de Israel, tal como lo ha expuesto el profesor Norman Finkelstein en La industria del Holocausto[1]. (Un estudio revisionista, más bien, sobre las consecuencias políticas del Holocausto).
- La que postulaba que Hitler no tenía conocimiento ni responsabilidad sobre las presuntas ejecuciones en masa, pues no existe documento alguno en el que se vincule directamente a Hitler con agresiones físicas contra judíos, sino que al contrario, abundan los documentos en los que Hitler intentaba evitar todas las acciones e iniciativas individuales contra los judíos. El historiador británico David Irving se caracterizó por defender esta idea en The Hitler’s War.[2][3]
No es tarea del revisionismo justificar hechos históricos relacionados con cuestiones políticas, sino únicamente reconstruir y describir estos hechos y sus motivaciones analizados e interpretados según el espíritu y el sentir de la época a la luz de los datos disponibles. Sin embargo, esto no es impedimento para que algunas personas utilicen estas investigaciones con el propósito de respaldar posturas políticas.
Terminología
El revisionismo del Holocausto se denomina así por ser una corriente del revisionismo histórico, aunque no es necesariamente reconocida actualmente por las instituciones académicas oficiales, principalmente por poseer ideas políticamente incorrectas.En las primeras décadas posteriores a la guerra, las comunidades judías decidieron no dignificar aquellos estudios revisionistas con una respuesta, creyendo que contestar sólo llevaría a esta corriente a una mayor credibilidad. Más tarde, y con cierta resistencia por parte de la comunidad judía, la historiadora judía Deborah Lipstadt los denominó "negadores del Holocausto", ya que, desde su punto de vista, no estaban "revisando" la Historia, sino más bien, negando lo que ella considera categóricamente hechos indiscutibles. Posteriormente la propaganda del Lobby judío empezó a utilizar de modo despectivo el término "negacionismo" con el objeto de estigmatizar y aislar a los revisionistas. Esta iniciativa deriva del concepto de négationnisme en idioma francés, propuesto por Henry Rousso en The Vichy Syndrome, (1991), el cual no se ajusta a la realidad, pues la expresión quiere indicar o sugerir, que los revisionistas niegan dogmática las verdades oficiales sin recurrir a la investigación.
De este modo, cualquier persona que negara la existencia del Holocausto, se convertiría simplemente en "negacionista", no importando si éste cumple con las exigencias de la metodología histórica o no. Esto es contradictorio cuando se toma en cuenta a los revisionistas históricos que no se dedican al estudio particular del Holocausto, pero que también niegan ciertos hechos que la Historia oficial ha establecido como verdaderos.
En compensación por el uso de este término, y para facilitar la diferencia de las teorías entre ellos, los revisionistas se refieren como exterministas o exterminacionistas a aquellos que apoyan o acreditan la historia oficial, falsamente académica, sobre el Holocausto.
Historia
Paul Rassinier

El padre del revisionismo del Holocausto no fue un neonazi sino un marxista y miembro de la resistencia francesa llamado Paul Rassinier quién vivió la experiencia de estar preso en un campo de concentración.
Rassinier dio inicio al revisionismo del Holocausto al publicar en 1950 Le Mensonge d’Ulysse ("La mentira de Ulises")[5], que aborda el tema de los testimonios de ex-prisioneros de los campos de concentración alemanes y su vivencia en Buchenwald y Mittelbau-Dora donde estuvo preso por participar en la Resistencia Francesa. Al escribir este libro, Rassinier se ocupó de cuestionar y desmentir cada uno de los testimonios que existían sobre cámaras de exterminio en territorio alemán (antiguo Reich[6]), sin embargo admitió su falta de autoridad moral para testificar sobre los demás campos que se hallaban tras la Cortina de Hierro, es decir, campos que se encontraban dentro de los territorios ocupados por los soviéticos en ese momento, como el de Auschwitz por ejemplo, y consideró la remota posibilidad de la existencia de las cámaras de exterminio en ese territorio. Pero tras sus posteriores investigaciones cambió su postura totalmente, afirmando que no hubo ejecuciones por gaseamiento en ningún campo. Rassinier afirmó también haber buscado durante quince años testigos de los gaseamientos sin éxito y que en los campos, además de contar con atención médica y actividades recreativas, se les remuneraba a los presos por el trabajo forzado.
En 1965, en un esfuerzo por conseguir la neutralidad histórica y política, Rassinier escribió:
Quiero que se
reconozca la inmoralidad de investigar simplemente a los criminales de
guerra alemanes, especialmente cuando se exagera la índole criminal de
su actividad, lo cual ha ocurrido en muchos casos. Creo que, a raíz de
una guerra, debería concederse amnistía general a todos los combatientes.
Ante la imposibilidad de acusar a Rassinier de ser simpatizante de los nacionalsocialistas, la única explicación que encuentran sus detractores es que este habrá sido antisemita
y por ello negaría un supuesto genocidio de los judíos. Pero Rassinier
no era antisemita, incluso participó en la fundación de la red
clandestina Libération-Nord que permitió a miles de judíos la posibilidad de huir de la zona ocupada para llegar a territorio suizo.
Paul Rassinier, 1965.
Para sus detractores el hecho de que Rassinier no haya visto ejecuciones en cámaras de gas ni ejecuciones en masa, se explicaría porque ni Buchenwald ni Mittelbau-Dora fueron campos de exterminio. No obstante cuando Rassinier fue liberado, todos los campos de concentración eran considerados lugares de exterminio con cámara de gas según los Aliados. Fue después de que personas como Rassinier negaran este hecho aceptado que se admitió oficialmente que no hubo campos de exterminio en suelo alemán. Incluso existieron numerosos testigos que afirmaron la presencia de cámaras de exterminio en Buchenwald[7], punto del cual no se hace mención ya que debilita gravemente toda la teoría del Holocausto, al demostrar lo fácil de explicar que resulta la existencia de testigos de hechos que ahora se admite jamás ocurrieron. Con respecto a los campos "de exterminio" en Polonia, cita en su libro La mentira de Ulises al doctor judío Benedikt Kautsky que fue prisionero durante 7 años, 3 de ellos en Auschwitz y posteriormente declaró lo siguiente:
Yo estuve en los grandes KZ de Alemania.
Pero, conforme a la verdad, tengo que estipular que no he encontrado
jamás en ningún campo ninguna instalación como cámara de gaseamiento.[8]
Rassinier fue de los primeros revisionistas en sacar al descubierto
la vasta falsificación de los hechos de los campos de concentración
alemanes, y que a cuyo conjunto se le denominó como Holocausto sobre todo a partir de la década de los setentas.
Benedikt Kautsky, en su libro Teufel und Verdammte
Harry Elmer Barnes
El historiador estadounidense Harry Elmer Barnes, asumió una postura revisionista en los años más tardíos de su vida. Entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, Barnes se volvió un conocido escritor pacifista y el máximo exponente del movimiento revisionista histórico. Después de la Segunda Guerra Mundial, se convenció de que las acusaciones hechas contra Alemania y Japón, incluyendo el Holocausto, fueron propaganda de guerra usados para justificar la participación de Estados Unidos en la guerra.Einar Aberg
En 1959, el profesor Einar Aberg había publicado en Norniken, Suecia, un cálculo estadístico, en el que la cifra de 6.000.000 de judíos muertos, no correspondía con la información de algunas fuentes como la American Jewish Comittee y la Statistical of the Synagogues of America.El documento fue clasificado como texto antisemita y los historiadores exterminacionistas no le dieron importancia. El Wold Almanac fue acusado de negar el Holocausto por haber publicado las estadísticas que no coincidían con los supuestos 6.000.000 de judíos asesinados, por este motivo se vio obligado a retractarse e imprimió en 1949 otra estadística "corregida" donde figuraba la cantidad de 11.266.600 para no contradecir a la historia oficial. Sin embargo, incluso la historia oficial admite que esta última cifra se obtuvo mediante un cálculo que asume que murieron seis millones de judíos, y no es el resultado directo de un censo. De modo que jamás se ha constatado la desaparición de seis millones de judíos mediante datos estadísticos y sin embargo el New York Times hace una estimación de la población mundial judía en 1948 que estaría entre 15.600.000 y 18.700.000[9] utilizando varias fuentes además de World Almanac, como por ejemplo estudios realizados por la ONU.
David Hoggan
Un prominente precursor del revisionismo fue el historiador David Hoggan, quien escribió en 1969 uno de sus primeros libros donde negaba el Holocausto titulado: The Myth of the Six Million (El mito de los seis millones). Hoggan se convirtió en una de las primeras personalidades más importantes del revisionismo, pues sus varios profesorados universitarios confirmaron la seriedad de sus trabajos.Institute for Historical Review
El Institute for Historical Review (Instituto para la revisión histórica, conocido por sus siglas en inglés IHR), fue fundado en 1978, en Estados Unidos, por William David McCalden, Willis Carto, Harry Elmer Barnes y A. J. Taylor. Es una asociación académica con sede en California, que constituye el principal centro del revisionismo histórico y se dedica a retar públicamente la veracidad histórica del Holocausto.Informe Leuchter e Informe Rudolf
La imposibilidad técnica de los supuestos gaseos y cremaciones en masa ya había llamado la atención de varios investigadores como Ditlieb Felderer y Robert Faurisson, en la década de los '60s, pero aún no se había realizado un análisis científico directo a los instrumentos con los que se habrían cometido los supuestos crímenes, es decir, las cámaras de gas y los crematorios. Ni siquiera en el tiempo en que se llevaron a cabo las acusaciones se realizó un dictamen pericial sobre las armas de los supuestos delitos; en ninguno de los juicios contra los nazis se ordenó elaborar tal peritaje, necesario para cualquier proceso por homicidio.
El 25 de febrero de 1988, Leuchter viajó a Polonia con un equipo que incluía un camarógrafo, un dibujante y un intérprete polaco. Extrajo sin permiso trozos de pared y de suelo de las cámaras de exterminio y de desinsectación las cuales fueron llevadas a Estados Unidos y analizadas por el químico judío estadounidense James Roth, sin ser informado de dónde procedían para no influenciar los resultados.
La argumentación de Leuchter se basó principalmente en los siguientes puntos:
Considerando que el cianuro llega a perdurar durante siglos en argamasa y piedra, los resultados del análisis del Dr. Roth determinaron que:
- Las muestras extraídas de las cámaras de desinsectación contenían una muy elevada cantidad de cianuro. En en la superficie de dichas cámaras se habían encontrado residuos de azul de Prusia.
- Las muestras extraídas de las supuestas cámaras de exterminio contenían un rastro nulo o ínfimo de cianuro, careciendo la totalidad de éstas de dichos residuos de azul prusiano en su superficie.
Afirmaciones y conclusiones de los revisionistas del Holocausto
Las tres afirmaciones básicas de los revisionistas del Holocausto son:[10]No hubo una política oficial, un plan o una intención clara para el exterminio físico de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial
El estado alemán no tenía planificado ni llevó adelante un genocidio contra los judíos. Si bien esta afirmación no niega que individuos particulares al servicio o no del estado pudieran cometer crímenes de guerra.No murieron seis millones de judíos durante la guerra
Esta es una cifra tremendamente exagerada y no se corresponde con la realidad. Se cuestiona que desde 1933 a 1945 hubiesen muerto más de 800.000 personas en los campos de concentración, de entre las cuales aproximadamente de entre 150.000 y 300.000 serían judíos. Parte de esta afirmación se basa en los cálculos estadísticos poblacionales de la época, de natalidad, mortalidad y migración, así como en los de los campos de concentración alemanes. Los trabajadores eran necesarios en época de guerra y hubiese sido contraproducente ejecutarlos. Por esta razón el 8 de diciembre de 1942, Heinrich Himmler, responsable máximo de todas las instalaciones de prisioneros, hizo llegar a todos los centros de internamiento una orden taxativa, conminando a las autoridades responsables a que "el índice de defunciones en los campos debe ser reducido a cualquier costo". La Cruz Roja Internacional, que tuvo acceso a los campos y los supervisó durante la guerra, informó sobre dichas defunciones.[11]No existieron cámaras de gas homicidas en los campos de concentración
No se refieren aquí a las cámaras usadas en la desinsectación de piojos por medio del gas Zyklon B para la ropa o los colchones de las barracas, cuya existencia es incuestionable, sino a las supuestas cámaras hechas específica y funcionalmente con el propósito de asesinar personas. Esta afirmación se basa también en los resultados de los análisis realizados en los restos de las supuestas cámaras de exterminio y que son incompatibles con lo que establece la historia oficial. Además, el director de archivos y persona a cargo del Museo de Auschwitz, el polaco Dr. Franciszek Piper, había anunciado que la cámara de gas que se exhibe al público en el museo fue construida por los soviéticos después de la guerra.Cuando la Cruz Roja entrevistó a miles de prisioneros liberados al final de la guerra, preguntándoles si habían visto "cámaras de gas", la respuesta fue universalmente negativa.[12]
Otras afirmaciones
Entre otras afirmaciones se incluyen las siguientes:- La Alemania nacionalsocialista creó campos de concentración o campos de trabajo al igual que muchos otros países con el fin de internar individuos que, por sus ideologías o nacionalidades, pudieran representar una situación conflictiva para el país. Por ejemplo, la reclusión de individuos japoneses en campos de concentración estadounidenses durante la guerra.
- Aproximadamente 300.000, murieron en los campos de concentración, de las más diversas causas, incluyendo muerte natural y epidemias.
- El Zyklon B es un insecticida a base de ácido cianhídrico utilizado ya desde 1922 para combatir epidemias como el tifus exantemático transmitido por el piojo y así proteger la salud de los civiles, tropas, prisioneros e internados, los informes de los campos de concentración hablan también de otros procedimientos anti-parasitarios, tales como cortes de cabello y de duchas regulares.
- El constante bombardeo aliado causó rupturas a carreteras, puentes y vías férreas, las cuales suministraban alimentos y medicamentos a los diversos campos de trabajo, por esa razón la inanición y las epidemias de tifus fueron factores decisivos para las bajas de prisioneros judíos y no judíos, enfermeras, médicos y el personal de administración de los campos, sin incluir la vejez y la muerte natural. Este hecho fue descrito por Rassinier en sus obras, y confirmado también por la Cruz Roja en un informe de 1948 en el que explicó que los bombardeos sistemáticos de los aliados paralizaron los transportes y las comunicaciones; "no se podía ya realizar el aprovisionamiento regular de los campos y la falta de alimentos provocó la muerte de un número creciente de personas, no solamente en los campos, sino también entre la población civil".
- Las pretendidas gasificaciones en las supuestas "cámaras de exterminio" eran técnicamente imposibles pues sus descripciones contradicen leyes de la Física y la Química.
- A pesar de que los soviéticos encontraron aún cuerpos sin incinerar al momento de la liberación de Auschwitz, nunca se determinó por medio de autopsias, que alguna de estas muertes haya sido causada debido al gaseo.
- En los campos de concentración sí existieron hornos crematorios para la incineración de los cadáveres y así evitar otras epidemias, pero no para quemar a seres vivos ni a supuestas víctimas de gaseamiento. Era completamente imposible quemar los cadáveres de los pretendidos millones de gasificados en los crematorios de la época (ni en los actuales) dentro del período de tiempo referido, tal como lo ha establecido la historia oficial.
- No existe, o al menos no se conserva, ningún documento nacionalsocialista que ordene, decrete o manifieste el asesinato en masa por parte de los alemanes o que mencione siquiera las cámaras de gas. Este hecho es admitido y respaldado por Olga Wormser-Migot[13] y Leon Poliakov[14], historiadores oficialistas. Todos los documentos fiables que se han encontrado hablan de un plan de deportaciones forzadas, pero no de exterminio.
- La denominada "Solución Final al problema judío" (Endlösung der judenfrage) no significaba la decisión de exterminar al pueblo judío, sino su desplazamiento y reubicación en la isla de Madagascar[15]. Mas tarde y debido a la guerra se optó por enviarlos al este de Europa para fundar el nuevo asentamiento del Estado de Israel.
- En la Conferencia de Wannsee del 20 de enero de 1942 se trató efectivamente de la cuestión judía, y de su Solución Final, es decir, de la deportación forzosa de los judíos así como de la creación de una entidad judía, pero no de un programa de exterminio físico. Arno Mayer es uno de los historiadores oficiales que aceptaron este hecho.
- La historia del Holocausto es una propaganda de guerra creada inicialmente por los Aliados, entre muchas otras tantas, para demonizar a los alemanes y elevar la moral de los soldados. Los sionistas difundieron esta propaganda con la intención de cobrar grandes indemnizaciones para financiar la creación de un hogar nacional judío en Palestina y para apoyar políticamente la fundación y permanencia del Estado de Israel.
- Las principales pruebas del genocidio se fundamentan en testimonios de supuestos supervivientes y no en pruebas materiales que demuestren el asesinato en masa. Estos testimonios carecen de validez si no pueden ser verificados o contrastados, y en general éstos forman parte de los rumores transmitidos dentro de los campos.
- Algunas de las supuestas evidencias materiales, principalmente fotografías, son falsificaciones. Otras fotografías no son montajes pero se citan fuera de contexto como las conocidas fotografías de los soldados soviéticos ejecutando judíos.
- El Diario de Ana Frank, otra presunta evidencia material, fue manipulado con bolígrafo por Otto Frank después de la muerte de Ana ocurrida en 1945. El bolígrafo no fue inventado sino hasta 1949, y comenzó a ser comercializado recién en 1951. Su escrito definitivo resultó ser un plagio a Meyer Levin, tal como lo estableció el tribunal. La caligrafía de las cartas de Ana Frank y el presunto Diario no corresponden entre sí.
- Los testimonios de los sobrevivientes están llenos de errores e inconsistencias por lo que no son confiables. Por ejemplo, existieron muchos testigos que describieron el proceso de exterminio con cámaras de gas en los campos de Dachau, Buchenwald[7], Ravensbrück[16] y Mauthausen[17], lo cual fue tomado como un hecho establecido durante los Juicios de Núremberg, pero desde 1960 todos los historiadores de la versión oficial, admiten que todo esto era producto de la propaganda antialemana, y que los testimonios eran fraudulentos.
- Las confesiones sobre crímenes de guerra, como la de Rudolf Höss en los Juicios de Núremberg, fueron extraídas bajo tortura.
- El trato de los alemanes hacia los judíos no fue diferente al trato que daban los aliados a sus enemigos en la guerra.
- Los judíos sufrieron los desastres de la guerra, la separación y deportación a campos de concentración, los consecuentes padecimientos y muertes por epidemias, maltratos, abusos y ejecuciones aisladas por ciertos motivo, como los llevados a cabo por el comandante Karl Otto Koch y por lo cual recibió la pena de muerte, emitida por los propios SS. También padecieron represalias o hasta masacres. Pero todos esos sufrimientos los padecieron también otras naciones o comunidades durante la guerra así como también los alemanes y sus aliados.
- La mayor parte de los judíos de otros países que perecieron en pogromos fue a manos de civiles antes de la ocupación de los alemanes, los cuales estaban interesados en la mano de obra que podían representar los judíos en la industria y la agricultura.
- Los judíos que perecieron a manos de los alemanes eran elementos subversivos, espías o partisanos. En muchas ocasiones, también, los judíos eran víctimas de las represalias contra las actividades de estos partisanos. Las ejecuciones de rehenes están previstas en todos los códigos militares del mundo y su justificación radica en los propios partisanos cuya existencia viola los Convenios de Ginebra. Los partisanos rompen la barrera entre combatientes y no—combatientes al no llevar uniforme y refugiarse en el anonimato de la población civil, actúan fuera de las leyes de la guerra, y no del ejército regular.
- En los campos de concentración también fueron ejecutados judíos por actos de sabotaje. La ejecución de saboteadores en tiempo de guerra está igualmente prevista en los códigos militares, y no sólo en el alemán.
- Adolf Hitler y el nacionalsocialismo son inocentes de la acusación de genocidio contra el pueblo judío y otras minorías.
Las pruebas del Holocausto refutadas
- Informe Gerstein
- Confesión de Rudolf Höss
- Informe Korherr
- Conferencia de Wannsee
- Testimonios
- Fotografías
- Citas de Hitler y otros oficiales
- Discurso de Posen
- Diario de Ana Frank
- Diario de Goebbels
- Diarios de Hitler
Legislación contra el revisionismo del Holocausto
Véase también: Crimen de pensamiento
La existencia de estas leyes que sancionan penalmente el revisionismo y la negación del Holocausto, es una evidencia en sí misma de que el Holocausto es actualmente tratado como un dogma inmutable que no puede ser cuestionado bajo ninguna consideración, cuestión que ha sido comparada incluso con la antigua forma de castigar las herejías por parte de la Iglesia durante el llamado "oscurantismo".
...estos acusadores
han apelado a la promulgación de leyes especiales para hacer callar a
los revisionistas. Allí han firmado su perdición: Recurrir a leyes
especiales, a la policía y a la prisión, es confesar su impotencia para
utilizar los argumentos de la razón, de la historia y de la ciencia.
Legislación Internacional
Un protocolo adicional a la Convención sobre Cibercrimen del Consejo de Europa cubre específicamente la negación del Holocausto y de otros genocidios reconocidos como tales por tribunales internacionales desde 1945 (artículo 6, sección 1).Legislaciones nacionales
Hay varias leyes nacionales relacionadas con el "negacionismo" y la "expresión de odio" (bajo el cual se incluye el negacionismo) como la Ley Gayssot (aprobada en Francia, en 1990), que prohíbe toda expresión "racista, antisemita o xenófoba" y que contempla al menos tres años de cárcel a los "negacionistas" o personas que expresan dudas sobre el exterminio judío. En 1992, Austria promulgó una ley similar que contempla hasta diez años de cárcel hacia estas personas (artículo 3h Verbotsgesetz 1947). La "Ley belga sobre Negacionismo" (aprobada en 1995) prohíbe el apoyo, justificación o negación pública del Holocausto en Bélgica. En Alemania está penalizada la negación o dudas del Holocausto en público según el artículo 130 párrafo 3 (§ 130 Abs. 3) código penal alemán (Strafgesetzbuch) y se considera como "incitación al odio" (Volksverhetzung). Otros países europeos que tipifican esta conducta como delito en su ordenamiento jurídico son: Suiza (artículo 261bis del Código Penal), Eslovaquia, República Checa, Lituania, Polonia, Canadá, Liechtenstein, Nueva Zelanda, Países Bajos, Rumania y Sudáfrica. Además, bajo la Ley 5710-1950 es también ilegal en Israel.En Reino Unido, al contrario, el derecho constitucional y penal está mucho más orientado hacia las libertades, lo que ha impedido hasta ahora la introducción de una ley contra el revisionismo.
Tampoco sucede lo mismo en Estados Unidos, donde tiene su sede el denominado Institute for Historical Review (Instituto para la Revisión Histórica), considerado la principal organización revisionista del mundo. Estados Unidos considera que disposiciones como la del Consejo de Europa no son compatibles con su ordenamiento constitucional, por lo que no firmó el protocolo.
En Italia, 150 historiadores tanto de derechas como de izquierdas rechazaron con el Manifiesto de los 150 un cambio en la legislación que preveía la persecución penal del revisionismo del Holocausto.
En España, negar el Holocausto, o expresar dudas sobre el mismo, fue delito tipificado en el Código Penal hasta el 7 noviembre de 2007, cuando el Tribunal Constitucional declaró en una sentencia que castigar la difusión de ideas o doctrinas que cuestionen o nieguen el genocidio supone una vulneración del derecho a la libertad de expresión[18]. La resolución avala la constitucionalidad del artículo 607.2 del Código Penal, que castiga la difusión "por cualquier medio" de ideas o doctrinas que justifiquen el genocidio, pero declara nula la referencia a la difusión de argumentos que cuestionen o nieguen esos hechos, e inconstitucional su sanción penal, diferenciando así y con acierto lo que es una justificación y lo que es una duda o negación.[19]
Esta decisión fue tomada gracias a los vicios lógicos del proceso legal contra el revisionista español Pedro Varela, como explica en sus propias palabras:
Gracias al Proceso
Nº 1 contra mí, que llevó durante 13 años el caso hasta el Tribunal
Constitucional en Madrid, éste modificó la ley admitiendo que la simple
negación del holocausto no puede ser delito en España y así ha quedado.
Lo que están haciendo algunos tribunales izquierdistas locales, sin
embargo, es acusar a los revisionistas de "promover y justificar el
holocausto" lo que es una manipulación del lenguaje, porque simplemente
lo niegan. Con lo cual torean la decisión del Tribunal Constitucional y
persiguen así a los revisionistas.
Entre los cargos comúnmente imputados a quienes niegan o cuestionan
el Holocausto y que son procesados ante los tribunales, se destacan: "ridiculización u ofensa a las víctimas del Holocausto",
"difamación de la memoria de los muertos", "incitación popular",
"instigación al odio racial", "negación del asesinato de seis millones
de judíos", "negación del exterminio judío" (negacionismo), "publicación de falsas noticias", "antisemitismo", "apología del nazismo" y "apoyo, complicidad indirecta o justificación de genocidio".
Los revisionistas se han defendido, generalmente sin éxito, que sus opiniones y obras están protegidas por los tratados europeos sobre libertad de expresión, o como por ejemplo por el artículo 19º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y que la existencia de estas leyes en su contra, confirmaría una censura deliberada sobre el tema, y opinan que si sus estudios son falsos y equivocados, no habría razón para que tales leyes existieran y se les podría refutar adecuada y fácilmente. Algunas personas no niegan el Holocausto pero defienden el derecho de los revisionistas a difundir sus ideas, como el caso del lingüista judío Noam Chomsky, que se opone a las leyes "anti-negacionistas" en defensa de la libertad de expresión[20].
No obstante, las leyes "anti-negacionistas" cuyos efectos son las acusaciones mencionadas, están basadas principalmente en el artículo 20º del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, usado de forma distorsionada para negar a los revisionistas el derecho básico a la libertad de expresión:
Toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia estará prohibida por la ley.
El problema consiste en la manipulación de las palabras apología e incitación,
puesto que el hecho de impartir información no implica ninguna de estas
acciones. Asimismo, revelar y difundir material basado en documentos
históricos afirmando que hechos de hace casi 60 años pudieron no haber
ocurrido exactamente de la forma en que se alegaron en aquel tiempo, con
una convicción de que esta información es plausible, no es incitar o
influir en otros para que tomen acciones adversas contra un grupo
nacional, racial o religioso. Sugerir lo contrario es una grave
distorsión del lenguaje conocida como doble discurso,
el cual demuestra un nivel de deshonestidad en la legislación de
cualquier país que clama mantener el preciso significado y espíritu de
la Declaración de los Derechos Humanos.
Prisioneros de opinión
Ernst Zündel
El primer proceso contra el editor pacifista canadiense de origen alemán, Ernst Zündel, fue llevado a cabo en 1985 y concluyó con la condena a 15 meses de prisión. Su "crimen" fue publicar varios textos como The Hitler We Loved and Why y ¿Murieron realmente seis millones?, de Richard Harwood en su pequeña editorial Samisdat Publishers, por lo cual fue procesado, a instigación de una organización judía llamada Holocaust Remembrance Association. El cauce legal de la querella era una ley contra la "divulgación de noticias falsas", rara vez aplicada, que se basa en una ley inglesa del año 1275 por la cual los caballeros le prohibían al vulgo mofarse de ellos en versos satíricos. La sentencia fue derogada pues hubo numerosos vicios formales. Luego, en 1988 se llevó a cabo un proceso de revisión contra Zündel, en el cual fue defendido por Robert Faurisson, y por el que se realizó la investigación pericial de Fred Leuchter.El 5 de febrero de 2003, Ernst Zündel fue detenido por la policía local de EE.UU. y deportado a Canadá, donde estuvo detenido por dos años por "ser una amenaza a la seguridad nacional". Posteriormente fue deportado a Alemania y juzgado en la corte de Mannheim por los cargos de "incitación al odio racial y negación del Holocausto", acusación que tenía desde los años noventa. El 15 de febrero de 2007 fue sentenciado a cinco años de prision.[21] El 1 de marzo de 2010 fue liberado después de siete años de prisión.[22]
David Irving

El historiador David Irving fue perseguido legalmente por negar que Hitler ordenara o estuviera al tanto del Holocausto
Irving fue condenado el 20 de febrero de 2006 a tres años de prisión por el delito de "negacionismo"[23], tipificado en el Código Penal austriaco, y por "falseamiento de la historia", a pesar de haberse declarado culpable del mismo y de haberse retractado de algunas de sus afirmaciones anteriores, viéndose obligado también a admitir durante el proceso la existencia de las cámaras de gas y el asesinato de millones de judíos, el tribunal declaró no haber encontrado indicios de arrepentimiento en la autoinculpación de Irving. El historiador fue liberado el 20 de diciembre de 2006.
Gerd Honsik
El escritor Gerd Honsik fue condenado en mayo de 1992 a 18 meses de prisión, por publicar su libro, ¿Absolución para Hitler?. Después de un proceso que duró cinco años y un juicio de varias semanas, en el cual se creó una ley para ser aplicada especialmente en ese caso, Honsik huyó a España. El sacerdote católico Robert Viktor Knirsch, quien colaboró en el trabajo de Honsik y escribió el prólogo de su obra, fue suspendido inmediatamente de su ministerio e ingresado en el hospital psiquiátrico de Gugging, donde falleció al poco tiempo.Pedro Varela
En 1998 es condenado en España el revisionista español Pedro Varela por cargos políticos rotulados como "apología de genocidio" o "incitación al odio racial". El proceso de 1998 acabó con la condena en firme a siete meses de prisión y la destrucción de los 20.900 libros de la Librería Europa -la cual publica obras de muy variada temática principalmente revisionista- así como al pago de una fuerte multa económica.El 11 de abril de 2006 es arrestado en la ciudad de Barcelona bajo el cargo de "defensa y justificación del genocidio" a raíz de haber publicado copias del libro El mito de los seis millones de Joaquín Bochaca, hecho que según las autoridades españolas, pondría en peligro "la seguridad de estados extranjeros"[24]. En 2006 fue detenido nuevamente y procesado hasta hoy por su casa editorial Ediciones Ojeda, que publica los libros perseguidos.
Pedro Varela fue metido en la cárcel el 9 de diciembre de 2010. Salió un año y tres meses después.
Germar Rudolf

Germar Rudolf un alemán licenciado en química que estaba apunto de recibir su doctorado publicó el denominado Informe Rudolf en el que demuestra la inviabilidad técnica del exterminio en masa relatado por supuestos testigos.
Se enfrentó también al cargo de "difamación de la memoria de los muertos". Rudolf ya había sido sentenciado a 14 meses de prisión por un caso similar en 1995, pero en aquella ocasión huyó del país y se trasladó a Estados Unidos. Sus 2.000 solicitudes de asilo político a las autoridades americanas fueron rechazadas y, finalmente, fue deportado a Alemania para ser procesado injustamente. La fiscalia pedirá una pena de reclusión de 5 años así como la prohibición de poder abandonar Alemania en 20 años.
Gerald Fredrick Töben
El 1 de octubre de 2008 fue detenido en Londres, Fredrick Töben[26], fundador y director del Instituto Adelaide (Adelaide Institute), y autor de trabajos en educación, ciencia política e historia. Acusado de publicar en Internet supuesto "material antisemita".El 20 de noviembre de 2008, gracias a la pertinente actividad de sus abogados y en especial por la ayuda que le brindó Michele Renouf, Töben fue liberado de su custodia, ganando el juicio en su contra y evitando así su extradición desde el Reino Unido hacia una prisión en Alemania, destino que habría compartido con el químico Germar Rudolf. Este hecho ha significado una gran victoria, no sólo para el revisionismo del Holocausto, sino para la libertad de expresión, quedando demostrado así que la existencia de estas leyes en contra de los revisionistas no tiene ningún sentido.[27][28]
Agresiones y represalias contra revisionistas
El profesor francés Robert Faurisson a causa de sus ideas fue suspendido de su puesto como profesor de literatura francesa y como analista de textos de la Universidad de Lyon. Los medios lo atacan y no se publican sus objeciones. Fue golpeado brutalmente por tres judíos radicales del grupo "Fils de la mémoire juive" ("Hijos de la memoria judía").[29] Este grupo reivindicó la responsabilidad del ataque, y en una declaración dijo: "El profesor Faurisson es el primero, pero no será el último. Dejamos advertidos a quienes niegan la Shoáh."[30][31][32]
Otro francés, el escritor, historiador y educador François Duprat, fue asesinado el 18 de marzo de 1978, a los 38 años de edad, por haber publicado la primera edición en francés del libro ¿Murieron Realmente Seis Millones? de Richard Harwood. Dos grupos judíos reivindicaron este asesinato. Uno fue el "Comando del Recuerdo Judío" y el otro grupo se nombraba como "Grupo Revolucionario Judío". Los asesinos jamás fueron ubicados.
El revisionista judío y mentor de Ernst Zündel, Joseph Burg, fue perseguido y golpeado brutalmente. Fue llamado traidor por la Liga de Defensa Judía, y al morir, se le negó el funeral en el Cementerio Judío de Munich. A su vez, existen tres intentos de asesinato documentados contra Zündel.
En un estudio no publicado, Walter Lüftl, ex presidente de la cámara federal austriaca de ingenieros y perito judicial jurado, calificó como "técnicamente imposible los gaseos en masa de Auschwitz". Por esa razón fue obligado a renunciar como presidente de la cámara de ingenieros en 1992. Se le entabló juicio penal por infracción a la ley de prevención contra renovadas actividades nazis.
Entre otras personas a las que han revocado sus títulos universitarios, han perdido su trabajo, recibido amenazas de muerte, han sido atacados físicamente, se les ha difamado o han tenido acusaciones legales, se encuentran:
El químico alemán Germar Rudolf, el experto agrícola alemán Thies Christophersen, el juez alemán Wilhelm Stäglich, el ingeniero eléctrico estadounidense y catedrático universitario Arthur Butz, el judío polaco y antiguamente alcalde de la ciudad de Bersheeba, en Israel, Haviv Schieber, el profesor Austin App, el investigador y ex testigo de Jehová Ditlieb Felderer, el profesor Jim Keegstra, el profesor Emil Lachout, el escritor e investigador francés Henri Roques a quien se le revocó su Doctorado, el mecánico estadounidense Frank Walus, el intérprete políglota Tjiudar Rudolph, el investigador Udo Walendy, el especialista en dispositivos de ejecución Fred A. Leuchter, el historiador David Irving, Ivan Lagace experto en crematiorios, el poeta Gerd Honsik, el capitán de policía húngaro retirado Imre Finta, el trabajador social cristiano Jerome Brentar, el ucraniano John Demjanjuk, los abogados Jürgen Rieger, Doug Christie, Kirk Lyons, el escritor Bradley Smith, el reportero Michael Hoffman II, la investigadora Ingrid Weckert, el ingeniero Erhard Kemper, el traductor Günther Deckert, el escritor Hans Schmidt, el revisionista judío David Cole, el profesor políglota Jürgen Graf, el revisionista Siegfried Verbeke, el lingüista y traductor Carlos Porter, el profesor Malcolm Ross, la escritora Ingrid Rimland, el librero español Pedro Varela, el oficial marroquí Ahmed Rami, Nick Griffin, el líder del Le Front National Jean-Marie Le Pen, el comunista francés Roger Garaudy, el cérigo francés Abate Pierre, el ex soldado británico Doug Collins, el Dr. Robert Countess, Norman Finkelstein, etc.
Críticas al revisionismo del Holocausto
La mayoría de las críticas al revisionismo del Holocausto proviene de círculos sionistas que actualmente consideran a esta corriente como pseudocientífica y antisemita, cuestión que ha sido fuente de controversia y que tiene su origen en la necesidad de desacreditar pruebas científicas y testimonios de expertos que aplican diversas ciencias auxiliares de la historiografía como la estadística o la química.
La teoría de conspiración
Algunos grupos de activistas en contra del revisionismo del Holocausto, como es el caso del Proyecto Nizkor, afirman que el revisionismo ha postulado una conspiración tramada entre judíos para inventar el Holocausto, por lo que esta corriente debería ser presentada como una teoría de conspiración antisemita. Sin embargo la mayoría de los revisionistas nunca han hablado de una conspiración que coordinara miles de testimonios sobre un genocidio. El profesor Arthur R. Butz y el historiador Mark Weber nunca sostuvieron la existencia de una conspiración de ese tipo, mientras que Robert Faurisson la ha negado de manera rotunda a lo largo de sus conferencias en el IHR.No obstante es paradójicamente el Tribunal Militar Internacional designado por los Aliados al final de la guerra para juzgar a los vencidos, quién habla de una "conspiración nazi" para el genocidio judío en el documento "Nazi conspiracy and aggression" presentado en Núremberg. En este, sostiene que los "conspiradores nazis" se las habrían arreglado para llevar adelante y mantener en las sombras sus macabros planes de guerra y el exterminio judío.
Antisemitismo
Frente a una batalla dialéctica que ve perdida el lobby judío internacional se encuentra a veces ante la necesidad de pedir la censura contra los revisionistas en sociedades democráticas. El único método con posibilidades de lograrlo es equiparar revisionismo con antisemitismo y de este modo hacerlo punible como delito. Por ello afirman que tanto el revisionismo como la negación del Holocausto son parte de una postura antisemita, o bien racista, de hecho, algunos la llaman como "la forma más extrema de antisemitismo"[33]Así, por ejemplo, el escritor antirrevisionista judío Kenneth S. Stern escribió en su libro, El antisemitismo de hoy, que "La negación del Holocausto no tiene por objeto al Holocausto, sino al pueblo judío".[34]
Este argumento forma parte de aquel que considera la negación de un genocidio como equivalente a su justificación, lo cual, evidentemente es falso. No son cosas iguales decir que no hubo genocidio contra el pueblo judío, a decir que el pueblo judío se merecía ese genocidio, enunciado último que se acerca más a una postura antisemita. De hecho, ambos enunciados se contradicen puesto que uno niega la existencia del genocidio y el otro la afirma. Algo parecido sucede con el caso del antisionismo, postura que no pocos sionistas motivados políticamente, como el propio Kenneth S. Stern, la califican de "antisemitismo".[35]
El revisionismo del Holocausto sólo establece que no hay evidencias para sostener un genocidio durante el régimen nacionalsocialista alemán y sí muchas evidencias y razones para negarlo. Pero no dice, ni sugiere, ni debe sugerir nada acerca de si el pueblo judío era merecedor de un exterminio, o si el pueblo judío es culpable de la existencia de este mito; ambas afirmaciones que antirrevisionistas, como la historiadora judía Deborah Lipstadt, atribuyen falsamente a los revisionistas.
El argumento de que la revisión y la negación del Holocausto es antisemitismo, es rebatido fácilmente debido a que dentro de ambas denominaciones hay también judíos, como por ejemplo el mentor de Ernst Zündel, Joseph Burg, el profesor Roger Dommergue y anteriormente David Cole, sin olvidar a los grupos judíos ortodoxos que también cuestionan el Holocausto y apoyan su revisión histórica.
Metodología
A menudo, historiadores oficialistas y exterministas sostienen que el revisionismo del Holocausto es pseudocientífico[36] porque sus seguidores supuestamente no utilizan el método científico, argumentando principalmente que ellos "parten de las conclusiones o conceptos preconcebidos que desean y posteriormente seleccionan convenientemente hechos para apoyar dichas conclusiones". A pesar de que nunca han podido demostrar tales afirmaciones, en cambio, aparentemente no se dan cuenta del hecho de que son ellos los que sí parten de sus conclusiones o conceptos preconcebidos:
no es preciso preguntarse como técnicamente tal muerte en masa ha sido posible. Ha sido posible técnicamente porque ha tenido lugar. Este es el punto de partida obligado de cualquier investigación histórica sobre el particular. Esta verdad es la que nos corresponde recordar simplemente: No hay discusión, no puede debatirse la existencia de las cámaras de gas.
Lo anterior son tres claras prohibiciones, tres tabúes y tres
limitaciones definitivas para la investigación del Holocausto, mismas
que fueron establecidas por los historiadores académicos Pierre Vidal-Naquet y León Poliakov, en una declaración que le hicieron firmar a otros 32 historiadores franceses[37]
como garantía de lo que los exterminacionistas denominan "honestidad
académica". Sin embargo estas prohibiciones son contrarias a lo que
establece el método científico:
Pierre Vidal-Naquet y León Poliakov, historiadores judíos.
La ciencia no
pretende ser ni absoluta, ni autoritaria, ni dogmática. Todas las ideas,
hipótesis, teorías; todo el conocimiento científico está sujeto a
revisión, a estudio y a modificación.[38]
Por eso el Holocausto, junto a otros temas históricos, está sujeto a
revisión, a estudio y a modificación de las conclusiones en virtud de
nuevas evidencias. Eso es científico, no lo contrario.
La etiqueta de pseudocientífico que algunas personas quieren darle al revisionismo del Holocausto es un prejuicio en sí mismo, porque frecuentemente se coloca incluso antes de evaluar al autor y los métodos que utiliza, al punto que se define como negacionista a cualquiera que niegue el Holocausto, independientemente de si su metodología no contradice al método científico.
Al contrario de lo que afirma el argumento de la "conclusión preconcebida como punto de partida", el revisionismo del Holocausto, como cualquier otra corriente revisionista, intenta partir siempre de la esencial información de primera mano disponible, además de la información proporcionada por la historia oficial con el fin de realizar una reconstrucción, lo más aproximada posible, de los hechos históricos. Si los resultados de esta reconstrucción contradicen el conocimiento anterior, lo han hecho siempre después del estudio y no al principio del mismo, como se desprende del hecho de que el Holocausto se asume como verdad hasta haberse sometido al rigor del análisis histórico y la evidencia.
Revisión por pares
A veces es difícil para una persona distinguir los ensayos académicos aprobados por la revisión por pares (oficiales), algunos best sellers sobre historia sin el mínimo rigor académico (pseudohistoria), algunos ensayos académicos aprobados que también son best sellers, y ensayos académicos rechazados durante la revisión por pares por contener ideas políticamente incorrectas, por ello se suelen confundir éstos ensayos con textos no científicos.
Además, el método de la revisión por pares ha sido severamente cuestionado debido a un experimento realizado en 1996 por el profesor de Física de la Universidad de Nueva York, Alan Sokal, en el que envió un artículo pseudocientífico con el fin de comprobar si es posible que una revista de humanidades publicaría un artículo plagado de incoherencias si éste apoyaba los prejuicios ideológicos de los editores. El artículo se publicó en el número de primavera/verano de 1996 de Social Text. El mismo día de su publicación, en otra revista se anunció que el artículo era un engaño. Sokal dijo que su artículo era "un pastiche de jerga postmodernista, reseñas aduladoras, citas grandilocuentes y rotundo sin sentido".[40] Y ya que las autoridades académicas pueden aprobar ensayos pseudocientíficos sólo si apoyan sus prejuicios ideológicos, no es raro que existan tantos libros "académicos" que acrediten el Holocausto y que por el contrario se rechacen aquellos que no apoyan esos prejuicios ideológicos.
Ad verecundiam
Para desprestigiar las investigaciones revisionistas, también suelen señalar que algunos revisionistas no son historiadores profesionales o titulados (apelando a falacias de autoridad), lo cual es cierto como en el caso del historiador David Irving, quien es un historiador aficionado, pero cuyas obras han sido elogiadas por diversos círculos académicos y ha sido considerado como el mayor especialista de la Segunda Guerra Mundial, por la gran cantidad de documentación de primera mano que posee y que ha utilizado para sus estudios, una característica inusual en historiadores de este período, quienes generalmente basan sus obras en fuentes de segunda y tercera mano.Rechazo del debate abierto
Actualmente, numerosos estudiosos se niegan a discutir los argumentos del revisionismo del Holocausto, alegando que al hacerlo, se daría a los revisionistas del Holocausto una legitimidad injustificada.[41] Lo cierto es que no desean entrar en debate sobre "hechos ya inamovibles y establecidos".En 1979, El historiador alemán Wolfgang Scheffler aceptó entrar en un debate con el profesor Robert Faurisson, que fue transmitido por televisión en Tesino, Suiza. Scheffler no pudo rebatir los argumentos de Faurisson y desde entonces ningún exterminista quiere volver a exponerse al ridículo. Los exterministas saben que en un debate sobre este tema, no tendrían la más mínima posibilidad de convencer al público de sus postulados.
Un ejemplo del rechazo del debate abierto es representado con el caso de la historiadora judía Deborah Lipstadt, quien ha creído denunciar los métodos y las motivaciones de los revisionistas, al tiempo que intenta restarles legitimidad:
No es necesario
perder el tiempo o el esfuerzo en responder a las alegaciones de los
negacionistas. Sería un nunca acabar de responder a los argumentos
planteados por los que libremente falsifican los resultados, citan fuera
de contexto y simplemente despachan resmas de testimonios. A diferencia
de los verdaderos académicos, tienen poco, si alguno, respeto por los
datos o evidencias. Su compromiso es con una ideología y sus
"conclusiones" son la forma de apoyarla.
Sin embargo, los revisionistas nunca han considerado como pérdida de
tiempo o esfuerzo responder a las diversas críticas y contra-argumentos
planteados por los exterministas, porque al hacerlo, además de que así
promueven el debate abierto y logran acercarse a verdades más exactas,
también revelan los defectos argumentativos de sus detractores, cosa que
éstos no han podido hacer sin recurrir a cuestiones legales o
sentencias de juicios políticos promovidos por grupos de presión judíos,
que no tienen nada que ver con la historiografía y en donde el acusado
ni siquiera tiene derecho a a declararse inocente o a intentar
defenderse demostrando que tiene razón, porque de hacerlo, él y su
abogado estarían negando el Holocausto y serían objeto de una nueva
acusación.
Deborah Lipstadt.[42]
Apelar a la emoción

Victimismo
judío después de que las autoridades les negaran el acceso a una
sinagoga. Medios judíos compararon la prohibición de rezar con el Holocausto.
En ocasiones, cuando los exterministas expresan este tipo de "argumentos", los revisionistas se preguntan entonces qué hay de los genocidios históricos olvidados, como el de la masacre de Dresde o los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, auténticas atrocidades cometidas por los aliados que casi nadie recuerda y por las que nunca hubo un juicio por "crímenes contra la humanidad" hacia sus perpetradores.
Aquí los exterministas creen felizmente encontrar un punto débil en el revisionismo, acusándolo falsamente de relativizar el Holocausto o de reclamar un "contra-genocidio" al estilo de la falacia tu quoque, con el presunto fin de "hacer una confusión entre las víctimas y los verdugos y transformar así a los alemanes en víctimas y excluyéndolos de cualquier tipo de responsabilidad moral", porque, señalando acertadamente, "las auténticas atrocidades aliadas no justifican la negación del Holocausto".
Eso último es verdad: "las atrocidades aliadas no justifican la negación del Holocausto", pero el caso es que los revisionistas no señalan las atrocidades aliadas para justificar la negación del Holocausto, porque para eso es necesaria la evidencia, la cual es extensamente presentada. Los revisionistas señalan los "contra-genocidios" porque al parecer los exterministas prefieren obviar el hecho de que genocidios como la masacre de Dresde, a diferencia del Holocausto, son hechos más que comprobados y comprobables, y a pesar de eso son hechos que casi nadie conoce, y por lo que expresiones como la de Jean Baudrillard: "olvidar el exterminio es parte del exterminio.", según los revisionistas, son expresiones o ignorantes o hipócritas.
Acusar al revisionismo del Holocausto de ser un negacionismo
Aunque diversos científicos como Germar Rudolf y Nicholas Kollerstrom han apoyado las tesis revisionistas, ciertos escritores y activistas del Holocausto como Koenraad Elst buscan desacreditarlo como un simple negacionismo:
Negacionismo
significa la negación histórica de los crímenes de lesa humanidad. No se
trata de una reinterpretación de los hechos conocidos, sino la negación
de los hechos conocidos. El negacionismo es mayoritariamente
identificado con el esfuerzo de re-escribir la historia de tal manera
que el hecho del Holocausto se omita.
El revisionismo nunca ha intentado que "se omita" lo que Elst
considera "hechos conocidos". Siendo completamente aceptable desde el
punto de vista científico y en el análisis histórico, el concluir en la
falsedad de un acontecimiento, ya sea aportando pruebas de la misma o
refutando la evidencia por la cual se fue establecido.
Koenraad Elst.[45]
Nótese además que, según este argumento exterminista, es imposible cualquier demostración científica que concluya la falsedad de un hecho, mientras que la ciencia misma se origina a partir de la negación de esta clase de "hechos" aceptados universalmente, que pasan más tarde a considerarse mitos. Este proceso científico de cuestionar el conocimiento y evaluar nuevas evidencias es parte indiscutida del método científico. Fue una negación con fundamentos lo que derribó el mito del jabón de grasa judía establecido por los jueces en Núremberg, y de conocimiento generalizado y universalmente aceptado durante años.
Es un hecho que los nazis nunca usaron los cuerpos de judíos, y el de ningún otro, para la producción de jabón.[46]
Aunque la propia Lipstadt niega que se haya fabricado jabón con cuerpos humanos (o sea que según ella, el hecho jamás tuvo lugar),
ella y otros exterminacionistas rechazan un debate con los
revisionistas basado en argumentos, porque dicen que éstos niegan hechos
conocidos o establecidos.
Deborah Lipstadt, profesora de historia judía
Uso político
Otra de las críticas recurrentes es que el revisionismo del Holocausto sería una corriente surgida únicamente con propósitos ideológicos y políticos que tendría la misión de falsificar la historia del Holocausto para limpiar la imagen del nacionalsocialismo y así restablecerlo.[47]Es verdad que la negación del Holocausto está frecuentemente relacionada con movimientos nacionalsocialistas, ya que éstos comparten la opinión de que Hitler no ordenó genocidio alguno, a la vez de que éste no tuvo lugar. De hecho, el revisionismo del Holocausto, por razones obvias, encuentra su mayor difusión dentro de estos movimientos, lo cual no debe ser motivo para desacreditar un fenómeno por medio de otro. (Ver: Ad hominem).
Es preciso comprender que una cosa es el revisionismo y otra muy distinta es el uso político que algunas personas ajenas a él, le dan a las investigaciones del revisionismo, quienes no son científicos ni historiadores y para quienes el término negacionistas sería más adecuado.
Destaca, Horst Mahler, fundador de la Baader-Meinhof y militante del nacionalsocialismo, quien está en prisión por negar el Holocausto. También el líder del Frente Nacional en Francia, Jean-Marie Le Pen, condenado en varias ocasiones por presuntos delitos de complicidad con la "apología de crímenes de guerra" y negación de un crimen contra la humanidad.[48]
Sin embargo, no todos los negadores del Holocausto son seguidores del nacionalsocialismo. Algunos son judíos como Joseph Burg quien fue asesor y defensor del político, escritor y pintor Ernst Zündel en su juicio de 1988, lo mismo que Esther Grossman prisionera de Buchenwald y Auschwitz, así como el profesor Roger Dommergue y David Cole, quien fue llamado traidor por la Liga de Defensa Judía y obligado a retractarse como resultado de una campaña de acoso y amenazas de muerte.
Aunque dominado tradicionalmente por el conservadurismo, en la negación del Holocausto se expresan también posiciones de izquierda. Como por ejemplo, la de Paul Rassinier quien fue comunista y miembro de la Resistencia francesa en contra de la ocupación alemana, así como la del profesor ex-comunista Robert Faurisson (apoyado por el anarquista judío Noam Chomsky[20] en el escándalo Faurisson) o la de Roger Garaudy, expulsado del Partido Comunista Francés, quienes son activos divulgadores del revisionismo del Holocausto.
Por otra parte, el hecho de que gran número de los difusores del Holocausto sean judíos e incluso sionistas, suele no ser tenido en cuenta en absoluto por el gran público a la hora de evaluar su objetividad o su predisposición a producir libros y películas con sesgo político. Mientras que si un nacionalsocialista o militante de derecha investiga el mismo hecho histórico, a menudo se intenta desacreditar de antemano todo su trabajo en base a su filiación política, como manipulador y mentiroso. Probablemente otro de los absurdos producto de la masiva campaña de propaganda lanzada por el Lobby judío desde hace décadas.
La negación del Holocausto surge también en algunos países musulmanes como Irán, que dan cobertura política y mediática al revisionismo al más alto nivel, como lo ilustra la organización de la conferencia mundial revisionista organizada por el propio gobierno iraní en diciembre de 2006. Según el ministro iraní de relaciones exteriores, Manuchehr Mottaki, "el objetivo de la conferencia no es negar o probar el Holocausto, sino ofrecer la oportunidad a investigadores europeos de dar su punto de vista sobre este fenómeno histórico". También añadió en sus palabras de inauguración que "la simple pregunta del presidente iraní: ¿si el holocausto es un hecho histórico, por qué no puede ser estudiado?", provocó una ola de acusaciones contra Irán, por parte de Israel y sus aliados.
También acudieron miembros de organizaciones judías antisionistas de Europa y Estados Unidos[49] como los miembros del movimiento Jaredí o judío ultraortodoxo, los jasidim o los Neturei Karta[50], quienes están en contra del sionismo, el Estado de Israel e incluso cuestionan el Holocausto.[51]
Para evitar el escabroso terreno del debate al revisionismo se intenta desprestigiarlo por todos los medios posibles y deslegitimarlo. Pero la mayoría de los historiadores no se arriesgaría a afirmar a la ligera que éste no aplica el método científico, de ahí que se prefiera citar páginas detractoras como el proyecto Nizkor. Nizkor, נִזְכּוֹר (que en hebreo significa: recordaremos), responde directamente con apariencia crítica y científica a los argumentos de los revisionistas y dice ofrecer una refutación punto por punto a sus afirmaciones, pero lo cierto es que no logra cumplir con ese cometido pues omite y distorsiona casi toda la información que ofrecen los revisionistas. Si bien Nizkor dice oponerse a la censura, tampoco acepta publicar las refutaciones revisionistas de sus argumentos en su sitio web. No es un libro ni una página de historia, y su director Ken McVay, un administrador de gasolinera retirado y carente de titulación profesional, decía mantener su sitio web con donaciones anónimas, negaba ser judío el mismo y durante años se mofó de quienes sugerían que estaría a sueldo de los judíos. No obstante actualmente ya admite públicamente que su sitio web es financiado y administrado por una logia judía masónica. Al ingresar a dicha página se encuentra una cita en inglés y en color rojo que dice: "El propósito real del revisionismo del Holocausto es hacer al Nacional Socialismo como una alternativa política aceptable otra vez."[52]. Aunque algunas personas parecen no notarlo, la página tiene sesgo político.
El uso político de la Historia no sólo incluye al revisionismo, sino también a la versión oficial, tal como lo señala el profesor judío Norman Finkelstein, que aunque no ha negado explícitamente el Holocausto, es conocido por expresar en sus obras, críticas a la política exterior israelí y que el "Holocausto está siendo explotado con fines políticos pro-israelíes y para financiar a los actores políticos en perjuicio de los actuales supervivientes"[1]. Por expresar esta opinión, la presión de la comunidad judía le obligó a abandonar su puesto como profesor de ciencias políticas en la Universidad DePaul en diciembre de 2007.[53]
Sin embargo, existen diferencias claras entre el uso político que hace Israel y el Lobby judío, por un lado, y sus detractores, por el otro. Los primeros promueven una propaganda masiva del Holocausto como hecho indiscutible e innegable bajo pena de prisión, ya que el genocidio judío ha sido la excusa dada por el sionismo para la creación del Estado de Israel y se teme por las consecuencias de que esas pruebas sean refutadas en un debate público. Por otra parte, países como Irán favorecen el debate y la difusión de la polémica surgida (algo que no sería conveniente si los argumentos revisionistas fueran fácilmente refutables), y lo que es notable y no menos importante, no penalizan a quienes defienden la versión judía del Holocausto. Como consecuencia, la mayoría de los musulmanes no creen en el Holocausto[54].
Detrás de las denuncias de uso político del revisionismo, existe el claro propósito de desviar la atención sobre el uso masivo que el sionismo ha hecho siempre del Holocausto. Si se determinara que el Holocausto no ocurrió de la forma en que se dictó en los Juicios de Núremberg, y que en su lugar fue el resultado de una propaganda de guerra seguida por una estafa, Israel tendría que responder por los miles de millones en indemnizaciones pagadas por Alemania, Austria, empresas extranjeras, la usurpación de tierras en Palestina, etc. De ahí el enorme esfuerzo económico y político que se hace para sostener el Holocausto por todos los medios posibles, mientras se acusa a los escépticos de estar políticamente motivados.
Revisionistas y negadores del Holocausto
Revisionistas del Holocausto
Difusores del revisionismo del Holocausto
Testigos ignorados que negaron el genocidio durante o después de la guerra
Negadores del Holocausto por otras causas
Revisionistas y negadores del Holocausto no clasificados
Si tienes información que pueda ayudar a clasificar a estas personalidades en revisionistas, difusores, testigos o negadores, puedes colaborar agregando los nombres que faltan, en orden alfabético, en la lista correspondiente.Bibliografía revisionista
- Arthur R. Butz, The Hoax of the 2Oth Century (La fábula del Holocausto); La Fábula del Holocausto
- Carlos Whitlock Porter, No culpable en el proceso de Nüremberg.
- David Irving, Dresde; The Hitler’s War (La guerra de Hitler); Pruebas contra el Holocausto.
- Enrique Aynat, Los Protocolos de Auschwitz; Estudios sobre el Holocausto; El Holocausto a debate: Resupuesta a César Vidal.
- Fred A. Leuchter, Leuchter Report (El Informe Leuchter).
- Gerd Honsik, ¿Absolución para Hitler?.
- Germar Rudolf, The Rudolf Report (El Informe Rudolf).
- Henri Roques, Las confesiones de Kurt Gerstein.
- Joaquín Bochaca, El mito de los seis millones; La historia de los vencidos; Los crímenes de los buenos.
- Jürgen Graf, Der Holocaust Auf Dem Prüfstand (El Holocausto bajo la lupa).
- Norberto Ceresole, La Falsificación de la Realidad.
- Paul Rassinier, Le Mensonge d’Ulysse (La mentira de Ulises); El drama de los judíos europeos; La verdad sobre el Proceso Eichmann.
- Pedro Varela, El mito de Ana Frank.
- Richard Harwood, Did six million really die? (¿Murieron realmente seis millones?).
- Roger Garaudy, Los mitos fundacionales del Estado de Israel.
- Thies Christophersen, La mentira de Auschwitz.
- Wilhelm Stäglich, Der Auschwitz-Mythos (El mito de Auschwitz).
Referencias
- ↑ 1,0 1,1 Finkelstein, Norman,The Holocaust Industry: Reflections on the Exploitation of Jewish Suffering, 2000, ISBN 1-85984-488-X.
- ↑ Irving, David, The Hitler’s War (La Guerra de Hitler)
- ↑ Este argumento del libro parece haber sido una forma discreta de disentir con alguna parte de la historia oficial, probablemente con la intención de no exacerbar demasiado a los académicos oficialistas y de no meterse en graves problemas con la ley, lo que no pudo evitar. Ya posteriormente, en 2008, escribiría abiertamente contra la totalidad de la historia oficial en Pruebas contra el Holocausto.
- ↑ Revista Spiegel, Nº18, 1992
- ↑ Rassinier Paul. Le Mensonge d’Ulysse La Mentira de Ulises, 1950. El título de esta obra alude al piadoso embustero Ulises, quien, a los cien tormentos realmente sufridos, les añadió otros mil inventados.
- ↑ Por antiguo Reich se entiende el territorio del Reich alemán situado entre las fronteras de 1937
- ↑ 7,0 7,1 Abbé Georges Hénocque, Les antres de la bete, G. Durassie et Cie., París, 1947.
- ↑ Rassinier, Paul. La Mentira de Ulises, ACERVO, 1961. Pg 6
- ↑ Las Pruebas de que el Holocausto Judio es una Fantasia
- ↑ Harwood, Richard, Did six million really die?
- ↑ Documentos oficiales de la Cruz Roja Internacional: [1][2]
- ↑ De acuerdo con el documento de la Cruz Roja IRC Document #9925, de junio de 1946: "Los detenidos mismos no han hablado de ello."
- ↑ Olga Wormser-Migot. Le Système concentrationnaire nazi. P. U. F. 1968, p. 544 y p. 13
- ↑ Poliakov, León, Bréviaire de la haine (Edición completa, edición de bolsillo de 1986, p. 124)
- ↑ Brechtken, Magnus (1997), Madagaskar für die Juden. Antisemitische Idee und politische Praxis 1885-1945, Munich: Oldenbourg. ISBN 3-486-56240-1
- ↑ Confesiones de Suhren, comandante de Ravensbrück, de su suplente Schwarzhuber y del médico del campamento Treite
- ↑ Confesión de Franz Ziereis, comandante de Mauthausen.
- ↑ Negar el Holocausto ya no es delito en España
- ↑ Negar el genocidio entra en el ámbito de la libertad de expresión, según el Constitucional El País, Madrid 17/11/2007
- ↑ 20,0 20,1 Cohn, Werner. 1995. Partners in hate: Noam Chomsky & the Holocaust Deniers. Avukah Publications.
- ↑ Associated Press & Canadian Press (February 15, 2007). "Ernst Zundel sentenced to 5 years in prison for Holocaust denial". Winnipeg Free Press. Retrieved on 2007-02-15.
- ↑ National Journal: Ernst Zündel freed, 1 de marzo de 2010
- ↑ Condenan a tres años de cárcel a biógrafo de Hitler - La Jornada, 21 de febrero de 2006.
- ↑ Revisionist Publisher Varela arrested in Spain
- ↑ Juzgado en Alemania un hombre que negó el holocausto - 20 Minutos, 14 de noviembre de 2006.
- ↑ Detienen en Londres a hombre por negar el Holocausto - El Universal, 1 de octubre de 2008.
- ↑ Holocaust denier Fredrick Toben wins German extradition fight Times Online
- ↑ Holocaust denier's freedom 'a great success' Jailing Opinions
- ↑ The Globe and mail, Sept. 18, 1989, p. A-5.
- ↑ Le Monde, Sept. 19, 1989, p. 14.
- ↑ Sunday Telegraph (London), Sept. 24, 1989.
- ↑ Christian News (New Haven, Mo.), Oct. 16, 1989, p. 22.
- ↑ United against racism, Cómo comprender y luchar contra el Negacionismo del Holocausto
- ↑ Kenneth S. Stern, Antisemitism Today: How It Is the Same, How It is Different, and How to Fight It.
- ↑ Kenneth S. Stern, Anti-Zionism, the Sophisticated Anti-Semitism, (AJC, 1990).
- ↑ La negación del Holocausto. Un problema de metodología histórica
- ↑ Le Monde, 21 de febrero de 1979
- ↑ Método científico.
- ↑ Das Parlament, Núm 26-27, 1 y 8 de julio de 1994
- ↑ Engañados por la Ciencia, El escándalo Sokal
- ↑ Wilhelm Heitmeyer y John Hagan, International Handbook of Violence Research, Springer: 2003
- ↑ Deborah Lipstadt, 1992, entrevista con Ken Stern del American Jewish Committee.
- ↑ Sophia Chang Times Ledger, December 16, 2004
- ↑ Golsan, 130
- ↑ Koenraad Elst. Chapter One - Negationism in General, Negationism in India - Concealing the Record of Islam, The Voice of India, 2002.
- ↑ Vistas revisionistas: el jabón de judío
- ↑ Clio: El negacionismo
- ↑ Condenan a Le Pen por apología del nazismo - 20 Minutos, 8 de febrero de 2008.
- ↑ Judíos ortodoxos asisten a la Conferencia Revisionista en Teherán
- ↑ Neturei Karta: Jews United Against Zionism
- ↑ Jews Against Zionism
- ↑ Nizkor.org
- ↑ Noticia sobre Norman Finkelstein, publicada el 10 de diciembre de 2007.
- ↑ La negación del Holocausto en el mundo árabe-musulmán
Artículos relacionados
- Holocausto
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- Informe Leuchter
- Revisionismo histórico
- Institute for Historical Review
- The Barnes Review
- La falsificación de la historia
- Conferencia Internacional de Teherán
- Lista de las víctimas del ZOG
- Censura académica contra el revisionismo
- Carta al Papa
- La industria del Holocausto
- Pruebas contra el Holocausto
- ¿Qué es el revisionismo?
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- Exterminacionista
- Falsos testigos del Holocausto
- Holocausto por balas
Enlaces externos
Revisionistas del Holocausto
En español
En inglés
- Investigación histórica libre (VHO)
- Institute for Historical Review
- Treblinka: Wartime Aerial Photos of Treblinka Cast New Doubt on "Death Camp" Claims, by Mark Weber and Andrew Allen en Institute for Historical Review
- Sitio oficial de Fritz Burg
- Revisionists.com (en inglés)
- Sitio oficial de Ernst Zündel
- Página oficial de David Irving
- CODOH Comité para el Debate Abierto del Holocausto dirigido por Bradley Smith
- Jewwatch
Antirrevisionistas y exterministas
- The Nizkor Project
- United against racism, Cómo comprender y luchar contra el Negacionismo del Holocausto
- Wikipedia: Negacionismo del Holocausto
- The Holocaust Denial on Trial
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LA MENTIRA DE LOS JABONES HECHOS CON GENTE (METAPEDIA):
Jabón hecho de cadáveres humanos

Jabón supuestamente elaborado con grasa humana, que fuera presentado como evidencia en los Juicios de Núremberg
Como parte de una amplia retirada de los aspectos obviamente más insostenibles del cuento del exterminio, historiadores del Holocausto han concedido de mala gana que el cuento del jabón fue una propaganda de guerra. Pero al mismo tiempo intentan minimizar las repercusiones de la negación histórica de este mito, calificándolo como un mero "rumor" de tiempos de guerra. Para ello, evitan mencionar que organizaciones judías internacionales y los entonces gobiernos Aliados aceptaron y sancionaron esta calumnia difamatoria. De acuerdo con el historiador Mark Weber, la acusación del jabón de judío se consideró "probada" en el Juicio Principal de Núremberg de 1945 a 1946[1]. El mito fue apoyado durante años y "confirmado" arbitrariamente por numerosos historiadores.
Contenido[ocultar] |
Desarrollo
Según la versión de los judíos apoyada por la filmografía hollywoodense, durante la Segunda Guerra Mundial algunos científicos de la Alemania de Hitler realizaron experimentos para producir jabón hecho de cadáveres humanos. Algunos afirmaron que sólo se llevó a cabo una pequeña producción, siendo la participación más notable la del profesor Rudolf Spanner. Otros, siendo conscientes del fraude afirman, en base a una especulación de un testimonio aislado, que si bien no se produjo ningún jabón hecho de grasa humana, sí se intentó dicha producción en el presunto "experimento de Danzig", pero que este experimento habría fracasado.Sin embargo, hoy en día, este tema apoyado por muchos defensores de la desprestigiada y poco creíble "historia oficial" no tiene base sustentable ya que los, cada vez en número mayor, investigadores revisionistas y hasta respetados investigadores judíos, usan esta historia como un ejemplo del ataque indiscriminado contra los alemanes.~
"El proceso de
brutalización no acabó con los asesinatos en masa. Se fabricaron enormes
cantidades de jabón de los cadáveres de esos asesinados."[2]
Liga Anti-Difamatoria Sionista
Historia
La acusación original de que los alemanes estaban usando grasa procedente de cadáveres humanos para hacer jabones fue lanzada desde el Reino Unido durante la Primera Guerra Mundial. El diario The Times aseguró en un reportaje de abril de 1917 que los alemanes estaban hirviendo los cuerpos de sus soldados muertos para hacer jabones y otros productos. Muy posteriormente, en 1925, el secretario de asuntos exteriores del Reino Unido, Sir Austen Chamberlain, admitió que la historia acerca de la "fábrica de cadáveres" había sido mentira.La acusación, no obstante, resurgió muy temprano en la Segunda Guerra Mundial, de forma que probablemente no fuese cierta en ese primer momento. Sin embargo, las bromas de la época, amenazas, rumores e insultos registrados y, principalmente, la usina de rumores llevada a cabo por los judíos y sus aliados, corroboran que era una afirmación bastante creíble para mucha gente ignorante. El principal sustento para esta creencia se hallaba en las siglas "RIF" que estaban impresas en la gran mayoría de los jabones disponibles en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Las siglas eran interpretadas como "Reines Jüdisches Fett" ("grasa pura de judío") pero, de hecho, las siglas significaban en realidad "Reichsstelle für industrielle Fettversorgung" (Centro Nacional para la Provisión Industrial de Grasa).
La fábula que el judío Simon Wiesenthal contribuyó a difundir, afirma que el profesor Rudolf Spanner fabricó entre 10 y 100 kg de jabón de cadáveres procedentes del hospital psiquiátrico en Konradstein (ahora Kocborowo), una cárcel en Königsberg, y en el campo de trabajo de Stutthof.
Durante los Juicios de Núremberg la fabricación de jabones hechos de cadáveres humanos se consideró probada en base a falsos testimonios. Tanto se fortaleció la creencia que en la última semana de marzo de 1946, la prensa rumana daba una noticia singular: En la pequeña ciudad rumana de Folticeni, con toda solemnidad y ceremonia de entierro regular, fueron sepultados veinte cajones de jabón en el cementerio judío. Sobre los cajones figuraba las siglas RIF, que se creía eran las siglas de "Grasa Pura Judía"[3]
Actualmente se reconoce oficialmente que no existe evidencia de que se haya usado o experimentado con grasa humana, judía o no, durante aquel período de la historia de Alemania. El episodio es presentado ahora como un mito o leyenda urbana, sin reparar en que el hecho se consideró probado ante una corte, con testimonios y supuesta evidencia física que lo demostraba; en concreto los supuestos jabones que ahora se sabe que no contienen grasa humana.
Historiadores judíos como Walter Laqueur, Gitta Sereny y Deborah Lipstadt, también lo han admitido. Su falsedad es también compartida por Yehuda Bauer, de la Universidad Hebrea de Jerusalén en Israel, y por Shmuel Krakowski, director de archivos del centro del Holocausto, Yad Vashem en dicho país.
"El universalmente
aceptado cuento de que se usaron cadáveres para hacer jabón y
fertilizante es finalmente refutada por la muy fiable Autoridad Central
de Ludwigsburg para la Investigación de los Crímenes Nazis."[2]
Gitta Sereny, historiador judío
"Es un hecho que los Nazis nunca usaron los cuerpos de Judíos, y el de ningún otro, para la producción de jabón."[2]
El caso del jabón de judío demuestra que ante la presencia de nueva
evidencia y un análisis menos sesgado, es completamente factible y
aceptable desde el punto de vista histórico, la negación de mitos que
alguna vez se consideraron hechos probados. Al mismo tiempo pone en
entredicho la credibilidad de los tribunales establecidos por los
vencedores de la Segunda Guerra Mundial y la objetividad de los
historiadores como base de la actual legislación contra el revisionismo y
sustento de otros mitos históricos relacionados con el Holocausto.
Deborah Lipstadt, historiadora judía
Utilización como propaganda de guerra
Bibliografía
- Arthur Ponsonby, Falsehood in Wartime (Nueva York: 1929), pp. 102, 111-112
- Walter Laqueur, The Terrible Secret (Boston: 1980), pp. 82, 219.
- Gitta Sereny, Into That Darkness (Londres: A. Deutsch, 1974), p. 141 (nota)
- Deborah Lipstadt, "Nazi Soap Rumor During World War II" (Los rumores del jabón nazi durante la Segunda Guerra Mundial) en Los Angeles Times, 16 de mayo de 1981, pag. II/2
- Bill Hutman, "Nazis never made human-fat soap" (Los nazis nunca fabricaron jabón de la grasa humana) en el The Jerusalem Post - International Edition, de la semana del 5 de mayo de 1990.
- "Holocaust Expert Rejects Charge That Nazis Made Soap from Jews" (Expertos sobre el Holocausto rechazan los cargos contra los nazis sobre la fabricación de jabón hecho de judíos) en el Northern California Jewish Bulletin, abril 27, 1990. (JTA dispatch from Tel Aviv.) Facsimil en Christian News, mayo 21, 1990, pag. 19.
- "A Holocaust Belief Cleared Up" en el Chicago Tribune, abril 25, 1990. Facsímil en: Ganpac Brief, junio 1990, pag. 8.
Referencias
- ↑ El "jabón de judío" por Mark Weber (en inglés)
- ↑ 2,0 2,1 2,2 Vistas revisionistas: el jabón de judío
- ↑ Der neue Weg (El nuevo camino), N· 17-18, 1946)
1 comentario:
En este año 2015, se conmemora los 100 años del genocidio armenio, por parte del gobierno turco.
Saludos desde Punta de Rieles.
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